la niña de papá no puede tener novio: parte dos.

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               Parte dos:amor de
                             papá.

Después de mi debut, comimos helado,  nos pusimos el uniforme escolar y volvimos a la escuela.
  Mi padre me recogió, yo estaba feliz, había perdido la virginidad, no hubo estrellas fugaces, ni un campo de flores como me lo imaginaba a los 12, pero por fin ya no era virgen.
  Y como era obvio lo probé, me gustó y quería repetir, pronto, lo más pronto posible.
  Con mis amigas quedamos en algo, por lo menos una vez a la semana fugarnos.
Teníamos una compañera que nos pasaría la tarea de ese día.
  Y si eso no era suficiente, Rosa le  haría favores a algunos profesores.
  Aunque salíamos una vez a la semana siempre encontrábamos a alguien para follar, todas lo hacíamos, excepto Patito.
  Pero no fue por mucho, su novio la dejo y "se volvió" como nosotras, a los 16 mi papá se volvio más permisivo, me dejaba salir con mis amigas y ir a fiesta.
  Así pasamos de hacerlo una vez a la semana a hacerlo casi todos los días, hasta patito ya lo hacía también, en fiestas era donde más gozamos... Teníamos sexo con más de uno.
Así seguimos, hasta que un día, ya cuando todos teníamos 17, llegó Rosa, nos contó que ya no podía participar en nuestras actividades, se había puesto de novia, está vez era serio.
Solo quedábamos yo, Patito, Sofi, Martina y Maira.
  A Patito, ya no le decíamos Patito, todas le empezaron a llamar Afrodita, era quién más tenía sexo y además se había vuelto muy guapa, demasiado... Pero fue de la nada, le crecieron las tetas, el culo, dejo de vestirse como monja, se quito los brackets y ahora su lentes la hacían más sexy.
Un día para su cumpleaños 18, fuimos a su habitación y la encontramos cojiendo con Martina, nos contaron que venían haciéndolo desde hace un mes, y en la fiesta, ambas salieron del closet y formalizaron su relación.
  Maira, ya no buscaba con quien follar, ahora buscaba novio, casi todas se alejaron, me sentí estúpida siendo la única puta del grupo así que también empecé a buscar una relación.
Cosa obvio que seguía sin gustarle a mi papá.
–Los chicos no son confiables, solo piensa en... Ya sabes, cuando se cansen de tu... Pochita, se buscarán otra–me decía casi siempre que sacaba el tema–el único hombre que te ama de verdad, soy yo... Tu padre.
  Yo ya no era como antes que me conformaba con eso, yo ya quería el de alguien más.
  Pero como lo conseguiría, ni la más mínima idea, iba a los parques buscando que alguien se me acerqué, me hable, nos pasemos nuestros números, y todo ese proceso hasta que seamos novios, pero nada, muchas veces acabe teniendo sexo en vez de quedar para una cita.
  Era agobiante, cada vez que nos juntabamos con mis amigas verlas a ellas en pareja y yo seguía soltera, era igual a cuando yo era virgen, aunque ellas no me excluían, yo me sentía así.
  Y como antes ellas me iban ayudar a no ser la única soltera, como aquella vez me ayudaron a dejar de ser la única virgen.
  Buscaron en apps, me presentaron amigos, familiares, conocidos, me organizaron citas, pero casi todas acaban igual, mal o íbamos, teníamos sexo, y me decían que luego me llamaban y jamás lo hacían o si lo hacian era solo para cojer.
  Todo iba mal.
  Hasta que en una cita, me dejaron plantada, si la única mierda que faltaba, pero en eso se me acercó un chico, al que también lo dejaron plantado.
   –Veo que te dejaron plantada–dijo sentándose en mi mesa.
   –Vete a burlarte de otra persona, idiota–le dije apunto de levantarme.
    –No, no, no... Tranquila, a mi también me dejaron plantado, y me llamaste la atención y pensé, que en vez de pasarme la noche llorando...
  –Espera ¿Te llamé la atención? ¿Que parte de mi? Mis...–iba decir tetas pero por suerte me interrumpió.
  –Tu belleza, me pareciste linda y quería ver si eres también tan linda por dentro que por fuera, así que ¿Quieres tener una cita conmigo?
  –Okey–le conteste extendiendo la mano para saludarlo–Soy Agostina.
  –Lucas...
Tuvimos una cita y salió bien, no acabo con nosotros cojiendo, el me llevo a casa y me despidió con un pico, cosa que no le gustó a mi papá.
  Se puso a gritar y romper cosas.
  –¡Nadie! ¡Ningún idiota va pervertir a mi hija!
  Si, el aún pensaba que su hija era virgen, creía que ya suponía que no, pero el no sabía.
  Me seguí viendo con Lucas, lo lleve a casa de mis amigas, ya casi casi éramos novios.
  Cuando mi papá nos vio besándonos, se volvió loco, me metió de los pelos en la casa, me encerró el mi habitación y me dijo que no saldría de ahí... Si con 18 años fui castigada.
  Pero, todo iba a empeorar.
  La noche siguiente, Lucas me llamó y me dijo que nos escapemos, me hizo saltar de la ventana y nos fuimos.
  Fuimos a un galpón abandonado, dónde por fin iba a tener un encuentro sexual romántico, con alguien que amaba.
  Llegamos ni bien cerro la puerta, lo empecé a besar, mientras le desprendía la camisa,   el se sacó el cinturón del pantalón.
Me empezó a besar el cuello, miéntras me recostaba lentamente en el piso con paja, me quito la parte de arriba de la camisa.
Me beso el cuerpo, mis tetas, me bajo el pantalón con su boca, y luego se bajó el de el.
  Se puso en posición no miro mi vagina desnuda, miraba mis ojos y sin dejar me mirarme me penetró.
No sentía placer, sentía amor.
  En vez de gritar como una perra puta, mis gemidos eran más como los suspiros de una niña enamorada.
  Era unos de los momentos mas hermosos de mi vida, lastima que se iba volver el más horrible.
  En el mejor momento la puerta del galpón de abrió de golpe, era mi papá, ni bien entro grito:
  –¡Hijo de puta!–grito mientras lo separaba de mi y lo lanzaba a un costado–¡¿Que haces con mi pequeña?!
  Yo solo alcancé a subirme los pantalones, fui hacia mi papá, el me tomo de los hombros y me tiro hacia atrás, y se empezó a acercar a mí, Lucas lo agarro del hombro diciendo que se calmé, el se volteó y le dió un golpe en la nariz, haciendolo sangrar y caer.
Mientras estaba en el piso le empezó a patear la cara.
  Yo en shock, solo alcancé a gritar que pare mientras el lo seguía golpeando, de apoco su rostro empezó a perder forma.
  Lucas me miró y vi como sus ojos perdían vida.
  –¡Para por favoor!–grite llorando.
   –¿Es enserio?–dijo mi padre volteandose hacia mi–¡¿Estás llorando por un hombre?!
  Yo no sabía que responder.
  El se me acercó a mi, yo seguía en shock, me miró mi torso desnudo y luego me tomo de las mejillas.
  –Te dije mil veces que no hagas esto–dijo mientras bajaba mis pantalones–te dije mil veces que los chicos no valen la pena, que no valen nada, el único que vale es papi...
  Se sacó su pantalón.
  –Papi... No, por favor...
  Empujó mi cabeza, hasta que tocó el piso, no me podía mover, quería pelear, correr, pero mi cuerpo no respondía, solo temblaban, y mis ojos lloraban al ver a mi padre apunto de hacerme lo que estaba por hacerme.
  –El único hombre que de verdad te ama es papá–dijo mientras introducía su pene en mi–tu y tú hermana, solo me pertenecen a mí, si alguien las cojera seré yo.
  Me penetró, y me empezó a follar, volví a sentir lo mismo que al principio de mi primera vez, dolor, solo que está vez ese dolor, jamás se volvería placer o amor.
  Está vez, tampoco eran gritos de una perra, ni suspiros de niña enamorada, eran llantos horribles llantos, tan horribles que el, al que llame padre, me tapaba la boca para no oírlos.
  No podía parar de pensar que también se lo haría a mi hermana.
  Pero en eso un milagro, una bala atraviesa su brazo, y cae, levantó mi cabeza, era la policía, el se sube los pantalones y corre salta por una ventana del galpón y se pierde en la oscuridad, la policía se acerca a mi.
Dónde yo estaba llorando.
   –Por favor... Tienen que atraparlo... Le hará lo mismo a mi hermana...

Oscuridad.
Luego me despierto en una cama de hospital, la policía se me acerca, afuera estaban mis amigas.
  Me hacen unas preguntas, me dicen que Lucas murió.
  –¿Dónde está el? ¿Y mi hermana?–pregunte yo.
  –La policía fue a buscarlo a tu casa–dijo una señora que creo era psicóloga–estate tranquila.
  Poco después, llegó un policía, corriendo unos de los policías que estaban en la habitación conmigo salió y hablo con el recién llegado y luego entro
  –¿Que paso?–pregunte yo–¿Los encontraron ya? ¿Mi hermana está bien? ¿Donde está ella?
  –Lamentablemente cuando llegaron...–empezo a decir el policía–Ni tu padre, ni tú hermana estaban, tampoco su auto, huyó y se la llevó...
  –No... No, no no no ¡No!... Eso no puede ser...

  Estaba enfermo, y no lo noté, debí hacerlo antes, el como nos sobre protegía, y hasta como nos tocaba aveces, creí que era normal... Pero no... Estaba enfermo.
  Ahora se llevó a mi hermana, y no se dónde.
  La policía de inmediato comenzó una búsqueda, Patito y Martina me llevaron a vivir con ellas mientras era la búsqueda pero, jamás volví a recibir noticias.
  Ya pasó un año, y no volví a ver a mi hermana, no se si estará viva, no se que le habrá hecho ese pervertido, si, aunque intente negarlo, es la realidad, ya la habrá violado.
  Trate de seguir con mi vida pero aveces es inevitable no llorar por las noches pensando en mi hermana.

historias con un poco de sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora