La historia agrícola del hermano feo

Capítulo 53

Li Changfeng sacó el arco y las flechas que Xu Qing había utilizado la última vez, y que había guardado en su cesta trasera, y estableció su postura bajo los ojos de Xu Qing, ¡mirando al objetivo! "¡Swish!" Con un golpe, la flecha se clavó en el conejo, que seguía vivo y se retorcía un par de veces y guardó silencio.

Xu Qing miró estupefacto el conejo que le trajo Li Changfeng, "¡¿Sabes cazar?!" Li Changfeng sacó la flecha del conejo y puso el conejo en la cesta trasera de nuevo, "Seguí el entrenamiento durante unos días cuando entré en el campamento militar, sólo puedo disparar a cosas pequeñas, necesito hacer trampas para presas grandes".

"Tsk, puedo ver que todavía tienes algunas habilidades". Xu Qing dio una palmadita en el hombro de Li Changfeng y se rió, pero Li Changfeng se limitó a guiar a Xu Qing hacia adelante, sin decirle que había pensado que aprender a usar un arco y una flecha para poder cazar sería una forma de ganarse la comida cuando volviera a casa, y que por eso se había escabullido para ver el entrenamiento militar oficial después de que terminara la breve sesión de entrenamiento.

No pasó mucho tiempo antes de que Li Changfeng agregara a su cesta un faisán de medio kilo. Fue una sorpresa inesperada. Xu Qing llevaba mucho tiempo queriendo comer pollo, pero lo que le sorprendió aún más fue que, sin darse cuenta, ¡había encontrado un árbol de ébano!

El ébano, que combina la elegancia de la madera con la fuerza de la piedra, es conocido como la "madera sagrada de Oriente" y la "momia vegetal". Quedó sepultada por los terremotos, las inundaciones y los corrimientos de tierra que sepultaron toda la vida vegetal sobre el suelo en las zonas bajas, como los antiguos cauces de los ríos. Algunos de los árboles enterrados en el barro, en ausencia de oxígeno, alta presión, la acción de las bacterias y otros microorganismos, después de miles de años de proceso de carbonización para formar ébano, por lo que también se conoce como "madera carbonizada". El ébano se ha utilizado a lo largo de la historia para ahuyentar a los espíritus malignos, fabricando artesanías, estatuas y amuletos. Como dice el viejo refrán: "Más vale una media plaza de ébano en casa que una caja de tesoros".

"¡Changfeng! No vamos a buscar nada más, ¡vamos a tirar de esto!" Xu Qing estaba sencillamente encantado, ¡éste era el auténtico ébano original! Li Changfeng se acercó y echó un vistazo a la madera oscura, cómo podía hacer tan feliz a Xu Qing, pero sinceramente sacó la cuerda que había metido en la cesta y la ató al ébano, Xu Qing tomó la cesta y se la cargó a la espalda, y los dos bajaron por la montaña, no era demasiado tarde en ese momento, y la noche llegó tarde con el calor.

Al anochecer, Xu Qing dudó entre el conejo y el faisán durante mucho tiempo antes de decidirse a poner el conejo a buen recaudo en el pozo y deshacerse del faisán. Recogió limpiamente el agua hirviendo que Li Changfeng había hervido y dejó que éste se ocupara del faisán, mientras él mismo desmenuzaba el jengibre y lo dejaba a un lado, y sacaba también algunos granos de pimienta.

Cuando Li Changfeng terminó con el faisán, le dio todas las tripas a Xiao Bao para la cena y lavó el faisán fuera antes de llevarlo a la cocina.

"Tienes manos fuertes, ven y córtalo en trozos pequeños, debe ser más o menos del mismo tamaño, de lo contrario cuando lo cocines después, temes que el punto de cocción sea diferente".

Li Changfeng tomó el cuchillo y cortó el faisán en trozos un poco más grandes que un dedo de la mano, y luego se acercó de nuevo al fuego. Cuando la carne estaba crujiente y dorada, se añadía un poco de agua, seguida de jengibre rallado, ajo y granos de pimienta, y se salteaba continuamente, para finalmente cubrirla con una tapa y sofocarla durante unos minutos antes de añadir sal y poner en marcha la olla.