⋮ ≡ ，，(🗯) 𝐌𝐄𝐀𝐍𝐓 𝐓𝐎 𝘽𝙀.
La secundaria acaba, los caminos llevan a distintos lados, pero el destino siempre reúne a quienes deben estar juntos a las buenas... o a las malas.
¿Qué ocurre cuando éste decide que dos jóvenes deben acabar en u...
Eso era lo que Oikawa podía ver al espejo roto frente a él después de su charla con Suna, o Ezequiel como él lo conocía. La forma brillante y llamativa de ser del armador se había apagado por completo. Había tocado fondo.
¿Cómo lo supo?
Su celular estaba explotado de mensajes por parte de sus amigos. Podía oírlos cada día acercarse a su puerta, llamarlo y aguardar por al menos una hora en busca de respuestas. Sus familiares optaron por enviarle un ultimátum de que, si pasaba un día más sin comunicarse con ellos, lo declararían como desaparecido ya que levaban sin saber de él lo suficiente cómo para contactar a la policía. No sentía motivación alguna para salir de su casa y su dependencia y/o adicción era aún peor de lo que podía imaginar.
El mensaje que más resaltaba en su pantalla constantemente, o en sus ojos, en su mente torcida, era el de Eze.
" ya tenes una respuesta? "
Con manos temblorosas dejó su celular sobre la mesada del baño, dejándose deslizar por la pared mientras cerraba sus ojos. Junto a él se encontraban tirada la famosa y odiada bolsa que contenía el último gramo de cocaína que le habían entregado junto con dos o tres pastillas que quedaban. Ésta había acabado en el suelo tras haber golpeado su reflejo con su propio puño.
Llevó su mano lastimada hacía aquel escape adictivo y tomó todo el contenido, volcándolo en el piso, las píldoras y un paquetito transparente. No era suficiente para que dejase de sentir, debía mezclarlas. Aquellas tres pastillas de distintos colores desaparecieron al bajar por su boca a su sistema. Mientras eran asimiladas, vertió el polvo blanco sobre del paquete en la mesada para armar una línea, acercar su rostro e inhalarla. Su nariz ya acostumbrada a la sensación no le molestó, lo que le disgustó por completo fue alzar el rostro y encontrar su mirada agotada, su cara diciéndole ¿Qué carajo hiciste? Sentía ganas de llorar, de gritar, de desaparecer, pero no podía. Sus ojos rojos no podían llorar, le ardían de limpiárselos con la manga de su buzo. ¿Su voz? Ronca, áspera, dolida. De todo había pasado a nada. De alegría había pasado a cansancio. ¿El motivo?
Hajime Iwaizumi.
— No, no, no. —
Repitió Tooru en voz alta. No quería recordar ese dolor, esa estaca en el medio del pecho que le impedía respirar o hablar. Los temblores en sus manos comenzaban a ser peores, la droga tomando lugar en la ecuación.
Sus ojos una vez mas lograron cristalizarse al pensar en el moreno, llorando una vez más en esas horas.
( flashback: )
— No me contesta. — Dijo el ex-capitán del Aoba a Kenma.
— Kuroo tampoco, deben de estar muy en pedo. —
Los novios de ambos chicos habían decidido salir a tomar algo para celebrar el nuevo trabajo de Tetsuro tras haber acabado la secundaria, algo tranquilo entre amigos. Mientras tanto, por aburrimiento, Oikawa se encontraba en la casa de Kozume, charlando y aprendiendo de videojuegos de su Nintendo. Hablaron, cocinaron, jugaron, todo hasta que a partir de una hora sus parejas dejaron de mantener contacto con ellos. Al mismo tiempo. Esa simple acción y coincidencia generó cierta inseguridad en ambos chicos. Tal vez uno se había desmayado de tanto tomar y el otro lo estaba asistiendo, ¿No? Nada fuera de lo normal. El celular de Kenma sonó, una notificación que esperaba que fuese de su novio. Si lo fue, solo que no de la manera que alguna vez habría querido ver.
bing!
instragram 4:20 a.m
k.tetsuro esta transmitiendo en vivo!
Tras entrar a aquella transmisión, su ceño se frunció completamente, su teléfono mostrándole algo extremadamente horroroso.
— Toto... — Susurró el de pelo teñido, sus ojos bien abiertos y su cara iluminada por las luces de colores que mostraba su pantalla proveniente del live en Instagram que hacía su pareja.
