Super family [One-Shots]

Hermoso Ángel

Muchos pensarían que el ser humano es la peor especie con conciencia de su realidad que pudo haber pisado la tierra. Y tienen razón. Pero ya están ahí, así que no hay marcha atrás sin que alguien sufra por ello.
Uno puede amar a los humanos, otro puede odiar a la humanidad. Eso es lo de menos. No todo es blanco y negro, no todo es bueno o malo, en todos nosotros no sólo existe un alma, sino que existe un mundo entero dentro de nosotros, y este mundo, es completamente válido para cada uno de nosotros. Odiar o amar. Es el dilema de muchos seres vivos, la pregunta de algunos humanos, y la condición de pocos seres celestiales.
¿Un ángel puede amar y odiar a los seres humanos al mismo tiempo?, ¿un ángel, puede convivir con humanos sin odiarlos en el intento?. Un ángel hermoso y poderoso... ¿Junto a un demonio?
No se las respuestas a estas preguntas. A pesar de que soy yo quien escribe y redacta esta historia, soy la única que sabe que pasa y que es lo que pasara, pero también se que no puedo interferir. Así que, vamos a descubrir la respuestas a nuestras incógnitas, pero no con palabras, sino con acciones. Ya que ese es mi trabajo.

Empecemos por el principio, el principio de todo.

•••

—Esto es una mierda— murmullo con enojo, frunciendo el ceño y caminando de un lado a otro, sin dejar de custodiar la parte Este de una gran muralla que media más de 50 metros de alto y que en ella habitaba con gozo algo valioso para su jefe.

—Uy... Esa boquita.

Se sobresalto al escuchar una voz muy cerca de él, dejó de moverse inquieto de su lugar y se puso a la defensiva ante el nuevo ser que había interrumpido su eterno trabajo —¿Qué haces aquí otra vez?— le cuestionó, poniendo su mejor cara neutra que podía lograr en momentos como estos. Lo que menos quería es que una desgracia ocurriese, y que esa desgracia, haya ocurrido bajo su mando.

—Vine a visitarte cariño~— dijo el otro ser de manera amorosa, parándose a lado de su gran fan celestial. Tal vez así podía lograr que este bajara la guardia.

—¿Qué obligaciones tiene un sucio demonio con un ángel de la quinta guardia?— le cuestionó, mirando enfrente de él el desierto caluroso para no ver aquel demonio que le estaba sacando plática innecesaria para poder distraerlo. No iba a abandonar su posición, no hasta que les den órdenes nuevas.

—Sí bueno... Quería ver como van las creaciones de tu Jefe. Ya sabes, esas cosas que tienen custodiadas en esta cosa— golpeo ligeramente una parte de la muralla que el ángel estaba cuidando, notando que era dura para cualquier ser débil y muy alta sí no tenías alas que te llevarán a lo más alto de esta.

—No son "cosas", tiene nombre tu sucio demonio, y sus nombres son Eva y Adán. Y son humanos— corrigió con fastidio, alejándolo lo más que podía de la pared de piedra, no quería que ese sucio demonio le hiciera una especie de trampa y atacara a las creaciones de su jefe. —Y ellos no tienen nada que ver contigo, ni con tu bando— afirmó con severidad, mirando a la cara a aquel ser de manera enojada y en modo de advertencia, diciéndole en silencio que si volvía a tocar cualquier parte de la zona que estaba cuidando, la iba a pagar muy caro.

—Pfff... ¿Bando?, ¿eso es lo mejor que pudiste etiquetar?— intento no reír ante lo que el ángel le estaba diciendo, era un tanto absurdo para el, aun que e de admitir que era tierno verlo todo enojado y hablando de manera muy sofisticada.

—Eso es lo que es ¿no?. Estamos en bandos que siempre pelean a muerte. Ángeles y demonios, el bien y el mal— se posicionó de manera firme y solo miro al demonio a lado suyo con desdén y neutralidad —Y somos de bandos opuestos. Como sabrás bien— aseguró con frialdad y firmeza, dejando de mirar al demonio a lado suyo y mejor decidió seguir mirando y vigilando cualquier amenaza relevante que podría atacar en medio de la nada. Tal vez si lo ignoraba lo suficiente eventualmente se iría de aquí.