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| El comienzo|
Narrador omnisciente.
Las clases pasaban lentas, demasiado aburridas a decir verdad... o más bien, eso era lo que Sun-Hee solía pensar.
Ella decía que la escuela era el lugar menos indicado para estar; pero cuando recordaba que también existía él, juraba que disfrutaba esos simples y sencillos momentos.
No necesitaba más, que ver a Su-Hyeok para entretenerse. Aunque muchos dirían que la palabra entretenerse no es la suya, más bien, le gustaba embobarse viéndolo. Simplemente, le gustaba Su-Hyeok.
Las clases habían finalizado y de por medio, Sun-Hee, había huido por décimo tercera vez de su castigo.
No lo entendía. Simplemente creía que sus maestros la odiaban. Y claro, no está de más decir que era mentira, más bien, solo era muy metiche como para entrometerse en la vida de los demás.
Una vez fuera de los edificios, la chiquilla se había asegurado de no encontrarse con su tutora: la señorita Park. Estaba decidida a brincarse barda alguna para salir, sin embargo, fue imposible al toparse con su torpehermano mayor.
