A Night with a Demon. // Yuyeon G!P

Conversation

Después de ese incidente los días pasaron, todos en el reino estaban alerta por si se volvía a presentar una situación así.

De pronto solo quedaba un mes para la boda, Yuqi y sus amigas habían planificado la mayoría de cosas pero estas tenían que ser aprobadas por Lucifer.

Por obvias razones el vestido no sería blanco, en su lugar la chica escogería el color que ella quisiera.

Invitarían a todo el reino del inframundo y a las amigas de Yuqi, pues esta no tenía más familia o amigos a los cuales invitar.

No se darían invitaciones y tampoco sería una boda tradicional como en la Tierra, en su lugar sería como acostumbraban en el infierno.

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En el cielo estaban muchos ángeles sentados en una mesa, debatiendo el futuro de su hogar.
Miyeon estaba en el centro, escuchando todo, aunque no estaba para nada contenta.

- Solo queda un mes para esa boda y aún no hemos logrado impedirla, esas dos están más pegadas que nunca y encima las protegen los demonios.
¡¿Enserio no hay nadie aquí que tenga una buena idea?! -
Preguntó mientras golpeaba la mesa y se ponía bruscamente de pie.

- ¿Y si la secuestramos el día de la boda? -
Sugirió un pequeño ángel que no entendía muy bien la situación.

- Eso es un pecado, ¿sabes lo que nos pasaría? -
Comentó otro ángel.

Todos estaban de acuerdo pues era algo estúpido y solo ellos terminaban mal, pero Miyeon no dijo nada. Se quedó pensando un buen rato hasta que la reunión terminó.

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- Soyeon, necesito que traigas a la señorita Yuqi, quiero hablar con ella un momento. -

- ¿Puedo saber qué quieres decirle? -

- No.
No te metas en lo que no te importa, traéla y después vete, termina tu trabajo tranquilamente, no le haría daño a mi futura nuera y pieza clave para el fin del mundo. -

Lucifer sonrió de forma extraña, poniendo algo incómoda a Soyeon y haciéndola desconfiar de él, pero ¿ella que podía hacer? en este caso solo le quedaba acatar sus órdenes.

Asintió mirando hacia el suelo y después salió de la habitación para buscar a la chica. La encontró conversando con algunos demonios, tomó su brazo y le pidió que la acompañara.

- ¿A dónde vamos? -
Preguntó la china mientras le seguía el paso a su novia.

- Mi padre quiere hablar contigo, está en su oficina. -

Yuqi se sintió inquieta por esto, Lucifer siempre la ponía nerviosa e incómoda.

Soyeon tocó dos veces la puerta para que después esta se abriera sola, permitiéndoles el paso.

- Muy bien Soyeon, ahora déjanos solos. -

La china se sintió más nerviosa que antes y con ojos de súplica vio a su novia, pidiéndole sin palabras que no la dejara.
Soyeon se sintió muy mal pero solo pudo negar con su cabeza mientras salía.

- Siéntate. -

Yuqi tembló del miedo pero acató la orden.

- Verás están a un mes de casarse, sabes lo que eso significa ¿no? -

- ¿S-sí? -

- Que bien que lo sabes, veo que no eres tan estúpida verás, en un mes se casan pero en la Tierra tienen algo llamado "Luna de miel" ¿sabes lo que es verdad? -

- Sí. -

- Okey, pues aquí no acostumbramos a hacer eso, pero ya que Soyeon es mi única hija haré una excepción.
Tendrán dos semanas en la Tierra, no te preocupes por los gastos yo me encargo, irán a una playa, es caliente y a los demonios les gusta el calor para situaciones así, creo que lo has notado. -

- Sí. -

- ¿Chiquilla no sabes decir otra cosa? ¿o es que de tantas veces que se la mamaste a Soyeon se te trabó la quijada? -

Yuqi se sonrojó y bajó la mirada por la vergüenza, se le hacía incómodo que el padre de su novia le dijera esas cosas.

- N-no es solo que... estoy a-algo nerviosa. -

- No me importa, contesta algo más que "Sí" y "No". -

- S- digo... está bien. -

- Bueno, seguiré hablando de lo importante, quiero que disfruten esas dos semanas porque se vienen días difíciles, también quiero decirte que más te vale no intentar nada extraño, Soyeon es una idiota y la traes babeando pero si piensas que podrás adueñarte de todo esto estás equivocada, a la mínima que te vea haciendo algo raro te mataré, no me importa lo que Soyeon piense, ¿entendiste? -

- Sí, entendí perfectamente señor. -

Lucifer la tomó por la mandíbula y la obligó a verlo a los ojos.

- Siempre que te hable mírame a los ojos, me debes respeto. -

- Sí señor. -

- Muy bien, ahora lárgate de aquí. -

La chica no lo pensó dos veces y en cuanto esas palabras fueron pronunciadas salió corriendo de la habitación, escuchando como Lucifer murmuraba un "maldita mocosa".

Fue directamente a su cuarto para tratar de tranquilizarse, no entendía a qué se refería con el calor y los demonios, se le hacía un dato que sobraba, pero también sabía que Lucifer no dice las cosas porque sí.

Algo tenía que significar así que no paró de darle vueltas toda la tarde y parte de la noche.
Llegando a la conclusión de que sería mejor preguntarle a su novia al respecto.

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- Vamos a ejecutar tu idea pero quiero discreción, nadie puede enterarse de esto, mucho menos quiero que mi nombre esté involucrado. -

- Claro que sí mi señora. -
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