Problems.

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Ese tierno beso poco a poco cambió, sus lenguas jugaban entre sí y sus labios chocaban, disfrutando del beso.
Las manos de Soyeon bajaron tomando a Yuqi de la cintura con posesividad, mordió su labio y la escuchó quejarse.

- Ponte en cuatro. -

- Espera, hay que usar el lubricante. -

La china tomó la botella, la abrió y dejó caer un poco de ese líquido en el pene de la contraria, con su mano lo esparció perfectamente hasta que quedó resbaloso.
El demonio jadeaba por sentir ese tacto tan caliente deslizándose perfectamente por su pene, sintiendo cada movimiento aún con el condón de por medio.

- H-hasme un favor, lubrica tus dedos y-y mételos en mi vagina, m-me da miedo hacerlo yo misma. - Yuqi desvío su mirada hacia otra parte de la habitación, esto debido a la vergüenza que le provocaba la situación.

- Claro. -

La más grande lubricó sus dedos con el líquido, lentamente metió un dedo y después el otro, dándose cuenta de que ahora era mucho más fácil que antes.
Movió los dedos en forma de tijeras, combinando los movimientos sacando y metiendo ambos dedos.

La china gemía a causa de los experimentados movimientos. Apretaba fuertemente las sábanas y cerraba los ojos, algunas veces mordía su labio para que sus gemidos dejaran de escucharse.

Soyeon paró los movimientos al sentir que estaba perfectamente lubricada, retiró los dedos sacándole un último gemido a la chica.
Esta se incorporó y se colocó en cuatro, dejando su trasero hacia arriba e inclinando la mitad de su cuerpo hacia el frente, su cara pegada a la cama.

La más grande amaba la vista que tenía, podía ver perfectamente esas piernas que tanto amaba y ese culo que la excitaba demasiado.
Tomó el trasero de la china, moviéndolo, pellizcó una de sus nalgas y las abrió.

La contraria estaba muy avergonzada por eso, siempre había sido una chica tímida, recatada y pudorosa.
No enseñaba piel pues se sentía insegura con su cuerpo.

Increíblemente con Soyeon eso no pasaba, la confianza que le tenía era tan grande que aunque le daba pena, confiaba en ella para estar en un momento tan íntimo.

- Voy a entrar, me dices si te duele. -

Yuqi solo pudo asentir con su cabeza, estaba muy avergonzada como para hablar.

- Quiero palabras mi amor, no debes estar avergonzada, disfruta esto. -

- E-está bien. - Su voz tembló pero eso no evitó que pudiera hablar.

- Bien, entonces aquí voy. -

El demonio tomó su pene, pasó la punta desde el clitoris hacia su entrada. Comenzó a meter la cabeza, llendo despacio tratando de no hacerle daño a la otra.

Hubo un momento en que la china chilló de dolor, eso hizo que la más grande se detuviera, pasaron unos minutos y cuando sintió que Yuqi se relajó siguió entrando.

Su tamaño no era pequeño, ella lo sabía, así que trató de ser lo más cuidadosa posible. Se inclinó al frente, dejando besos húmedos seguidos de lamidas en la espalda de la chica.

Podía sentirla temblar debajo suyo, tal vez por el dolor, placer o miedo, no importaba el motivo, ella estaba tratando de hacer que se relajara.

Cuando por fin lo metió todo escuchó jadeos ahogados, pero en vez de ser de placer eran de dolor. Se sintió horrible, no podía imaginar que ella era la causante del dolor de su chica.

Intentó retirarse, pero se vio sorprendida por la mano derecha de Yuqi, pidiendo la suya para entrelazar sus dedos.

- N-no, no salgas, solo déjame acostumbrarme, estaré bien. -

- ¿Segura? no tienes que hacerlo si no quieres, te he lastimado y no creo que-

- Shh, t-tranquila, el dolor se pasará y entonces podremos disfrutar, quiero esto. -

- Está bien, pero déjame ayudarte con el dolor. -

Sin sacar su pene guió su mano derecha hacia el clitoris de la chica, lo acarició gentilmente, buscando generarle placer a la más joven.

Se inclinó un poco y con su mano izquierda tocó el pecho izquierdo, estimulándolo a la par que al clitoris.
Dejó más besos en la espalda y pronto volvió a escuchar esos gemidos de placer que tanto amaba.

- Muévete, por favor. - Pidió la joven entre jadeos y gemidos.

Soyeon hizo caso y comenzó a mover sus caderas, aún moviendo el clitoris y el seno.

Los minutos pasaron, cada vez las embestidas se volvían más duras y rápidas, llegando al punto en donde sus pieles chocaban.

Soyeon tomó la cintura de Yuqi con la mano izquierda, comenzando a moverse más rápido.

La intensidad era tanta que el pene salía por completo para después volver a entrar hasta el fondo, estimulando el punto g de la chica mientras la mano de la más grande seguía con el clitoris.

En la vacía casa solo se escuchaban las respiraciones agitadas, golpes de sus pieles y gemidos de ambas.
Tenían la cortina de las ventanas abiertas, así que eso fue un problema.
La vecina de la casa de al lado escuchó los fuertes gemidos de ambas, así como los golpes de la cabecera de la cama contra la pared.

Ella sabía que la única en casa era la solitaria hija de los Song, ya que la madre de esta le pidió que la vigilara desde su casa.
Así que en cuanto notó los gemidos abrió su ventana y las vio.

Vio a Yuqi en cuatro siendo brutalmente penetrada por una chica desconocida, aunque por la oscuridad de la madrugada no logró ver el color de su piel ni notó los cuernos que esta tenía.

Soyeon sin percatarse de que las observaban hizo que Yuqi se pusiera sobre sus rodillas, haciendo que su espalda quedara pegada contra los pechos de la más grande.

El demonio comenzó a besar el cuello de Yuqi, chupando y mordiendo, con sus manos tomó las caderas y siguió penetrando fuertemente.
La china volteó el rostro buscando los labios de la contraria.

Comenzaron un beso salvaje, Soyeon recibió una fuerte mordida en su labio cuando la china se corrió.
Al sentir su miembro siendo apretado no pudo evitarlo y de igual forma se corrió, llenando el condón.
Esta vez pese a que su orgasmo duró como los de antes no sacó mucho semen, ya que al usar el condón no hacía contacto directo con la vagina, evitando que su dureza expulsara una gran cantidad de esperma para embarazar a la joven.

La china fue la primera en terminar de correrse, sintiendo sus piernas débiles y cansadas.
Cuando el demonio terminó salió lentamente, observando su esperma acumulado en el condón.

- Dejame quitarte eso. - La china con las pocas fuerzas que le quedaban sacó el condón con mucho cuidado, procurando no derramar nada, le hizo un nudo y después lo envolvió en papel de baño para posteriormente tirarlo al bote de basura.

Se limpiaron cuidadosamente entre besos y mimos, cambiaron las sábanas y se acostaron para por fin dormir, poniéndose en posición de cucharita, claramente Soyeon siendo la cuchara más grande y Yuqi la pequeña.

- Te amo princesa. -

-Y yo a ti mi vida. -

Eran las 8:00 am, Yuqi no asistió a la escuela pues se quedó dormida.
La señora Song entró a la casa, demasiado enojada y tratando de no hacer ruido, abrió la puerta del cuarto de su hija y entró.

Encontrándose con una escena que para ella era horrible.
Una "cosa" de color rojo con cuernos y apariencia de chica estaba abrazando a su hija.
Pudo observar los chupetones y mordidas en el cuello de la china, levantó las sábanas y entonces vio que como ella pensaba, ambas estaban desnudas.

Pero lo que más le impresionó y enojó fue ver que la "cosa" tenía un pene.
Tal fue su furia que tomó a su hija por el cabello, sin importarle que estaba dormida y desnuda. La jaló y tiró de la cama bruscamente.
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A Night with a Demon. // Yuyeon G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora