Lo miré curiosa y puse en duda si era que el alcohol había surtido alguna clase de efecto en mí o si en realidad había escuchado bien. Consideré su propuesta durante unos segundos, así como también todas las consecuencias que eso conllevaría. En una mano, tenía a mi hermano que necesitaba alguien que lo vigile. En la otra, tenía la posibilidad de descubrir aún más a Nathan.
Sus ojos color verde parecían resaltar en la oscuridad, y me recordaron a dos faroles en medio de una calle sumida en la profundidad de la noche. Había algo que hacía que no deje de mirarlos. No los recordaba tan brillantes y asombrosos, era tal el magnetismo que podría haberme quedado contemplándolos durante horas.
– ¿Y qué dices? –
– Depende qué tipo de diversión. – Contesté en ese tono coqueto que me salía tan bien.
Se formó una leve curva en su rostro y se levantó del sillón. Una vez de pie, me extendió la mano como una invitación a bailar. Lo miré casi con indecisión, ya que las palabras » Aléjate de él « que Jay había pronunciado cruzaron mi mente de manera fugaz. Estaba desafiando a un chico que podía reducirme a polvo si es que así desease y que además era mi propio hermano.
Jay había sido innegablemente claro en cuanto a Nathan. La frase había sido simple, concreta y podía calificarse como una amenaza sin ningún problema. Ahora, la cuestión consistía en que si aceptaba la invitación de Nathan mi hermano podría verme, y a decir verdad me atemorizaba un poco no saber qué es capaz de hacer. Aunque considerando que seguramente ingirió litros y litros de alcohol, la probabilidad se redujo a un cero por ciento.
Tomé la mano de Nathan y este la estrechó con placer. Disimulando mi incomodidad debido a los zapatos de tacón, caminamos hacia la pista de baile. Me cercioré que Jay estuviese lo suficientemente ocupado en Sophia como para que solo se dedique a ella. No me inspiró mucha confianza verlo tan inquieto por ella.
Nathan me guiaba a la pista de baile mientras intentaba seguir rastreando a mi hermano lo más de cerca que se me permitía. La gente se movía al son de la música agitando los codos y había que ser un poco hábil para evitar los golpes.
Sabía que no debía ir con él, pero a la vez necesitaba ganar algo de independencia y que de una vez por todas, mi hermano comprenda que no le pertenezco. Cuando Nathan parecía conforme con el lugar al que habíamos conseguido llegar se frenó en seco. Las personas que me rodeaban me devolvieron el sentido común y entendí que debía mezclarme entre ellos y bailar.
De un momento a otro abandoné el presente. Me dejé llevar por la música, y en realidad no me importaba en absoluto quién estaba mirándome. Las preocupaciones de que Jay podría llegar a interrumpir el momento pasaron a un segundo plano junto con mis ganas de vigilarlo. El sonido llenaba mis oídos por completo y hacia que no fuese capaz ni de oír mis propios pensamientos. En ese momento la eternidad parecía terminar, lo bien estaba mal y la nada misma parecía inconclusa.
Nadie sabe lo horrible, incómoda y catastrófica que puede llegar a ser mi vida. Por más personas que dijeran entender, realmente no lo hacen. No saben lo que es pasar décadas intentando hallar tu hogar, y tener que abandonarlo cuando crees haberlo encontrado. Con total seguridad, puedo decir que estar aquí sin que nada me importe es una bocanada de aire fresco.
Sentí unos empujones detrás de mí que me esforcé en ignorar, pero cuando sentí otro más reaccioné casi sin pensarlo. Me di la vuelta con rapidez y con un brazo, tiré hacia la otra persona hacia atrás. No controlé mi fuerza ya que no estaba consciente de lo que hacía, por lo tanto quien sea que fuese voló hacia atrás con tal fuerza que cuando golpeó el suelo, se produjo un estruendo que se perdió entre la música.
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Darkness.
FanfictionSinopsis: Dos hermanos, Demetria y Jay McGuiness, llevan sus años mudándose de pueblo en pueblo sin más esperanzas que las de ocultarse de la sociedad, nada les había demandado que se queden en un lugar por más tiempo. Pero ellos ocultan un oscuro s...