8. Do you love me?

10.1K 832 260
                                    

Harry se había quedado en silencio tratando de salir del trance. Aunque la noticia le había caído de sorpresa, y su alfa se sintió excitado rogando por complacer a su omega, también pensó en lo peor. ¿Qué si estaban afuera? ¿Y si algún alfa se cruzaba?

Un terror lo invadió, no quería que nada le sucediera.

—¿Dónde están? ¿Se encuentran en un lugar seguro? ¿Cómo está Draco?

Luna sonrió y se sintió enternecida por su actitud. Sabía que la conexión entre destinados era muy fuerte, y casi irrompible.

De cierta forma, aún no podía comprender porque Draco estaba poniendo tantos pretextos para evitar pasar el celo junto a Harry, y aunque sabía que ellos se estaban dando el tiempo para conocerse y sentirse a gusto el uno con el otro, lo veía algo tonto. De todas formas no pasaría mucho tiempo para que su lazo se terminara de formar y Harry quisiera marcarlo.

—Draco está bien, ahora va dormido en el auto junto a mí. Fuimos a hacer unas compras y cuando veníamos de regreso su celo se le adelantó. No te preocupes, no estuvo expuesto a alfas, ya que pudimos conseguir unos supresores —explica.

Aunque no le estaba mintiendo del todo, aún se estaba saltando partes importantes, específicamente donde fueron a comprar los supresores y Draco en realidad sí estuvo expuesto.

—¡¿No están es el departamento?! —se exaltó, pensando lo peor—. ¡En sus condiciones no debería salir, ni siquiera estando en el auto!

—Cálmate, ¿quieres? —Luna frunció el ceño, escuchándolo molesto.

Por supuesto que entendía su molestia, no era para nada bonito saber que su omega andaba en celo por ahí, vulnerable a cualquier alfa que se le acercara, puesto que no estaba marcado y cedería fácilmente a cualquier provocación.

—Comprendo tu preocupación, pero ahora lo que menos Draco necesita es escuchar y saber sobre tus inseguridades. Él está, y estará bien. Yo me estoy encargando de eso, ahora mismo lo estoy llevando a su departamento, pero de nada me sirve si no estás ahí.

—Sí... Lo sé, lo siento. Es solo que... Me preocupa, no puedes simplemente venir a decirme que mi omega está en celo afuera de su departamento y esperar a que reaccione bien. Por más supresor que tenga.

Luna asintió.

—Escúchame bien, Harry, necesito que realmente le ayudes en esto. Porque te juro que si no llegas, llamaré a su ex-esposo para que se encargue del celo de Draco —Harry abrió la boca para replicar, pero Luna adivinando sus comentarios se le adelantó—. Y no, no hago esto porque quiero que ambos vuelvan o por simple capricho. Puede que ya lo sepas pero la edad de Draco y sus celos no se llevan para nada. Draco ahora está sufriendo el síndrome del omega abandonado, así que su omega toma control del celo y lo puede obligar a hacer cualquier tontería. Aprecio a Draco, es como mi hermano, y lo que menos quiero es verlo sufrir en manos de cualquier alfa. Y tú que eres su destinado podría evitar todo esto.

Hubo un largo silencio en la línea. Harry comprendía lo de la edad, desde la escuela veían el ciclo, anatomía y comportamiento del omega, así como del alfa. Era sabido para toda la sociedad que luego de acercarse a los últimos años fértiles, el omega era quien más sufría.

Un sentimiento de tristeza se incrustó en su pecho de tan solo pensar como Draco pudo soportar esos dos años separado y sin un alfa. Aunque bueno, nadie le aseguraba que no había estado con ninguno. Aún existía ese alfa... El doctor Zabini, que Draco tenía en su camino todavía. Y le que empezaba a estorbar.

Draco le había dicho que no había aceptado su cortejo, pero recordaba cómo le había recibido tan feliz aquellos dulces, además de calmarlo enfrente suyo. ¿Realmente no había pasado nada?

Don't fall in love with Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora