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LOS GRITOS PROVENÍAN DE EDDIE; SU CABEZA HABÍA ATRAVESADO UN COLCHÓN. Tenía el pelo revuelto y la piel sucia. El falso Eddie tenía un aspecto horrible.
—¿Jugamos escupitajos?—Escupió un líquido negro que quemaba el suelo por donde pasaba. La cabeza se reía maníacamente provocando que yo gritara. El líquido negro estaba muy cerca de tocar los zapatos de Bill. Él y Richie corrieron hacia atrás. Bill me puso en el suelo junto a una puerta.El líquido negro se acercó rápidamente a los tres. Miré hacia las puertas.
No da miedo en absoluto sabía que una de ellas sería remotamente aterradora. Da miedo y Da mucho miedo.Bill y Richie se dirigieron a la puerta que no daba nada de miedo mientras yo giraba mi cuerpo hacia la que daba mucho miedo. Pensé que sería un cliché si íbamos por la puerta que no da nada de miedo. Bill y Richie abrieron la puerta.
—¿Y mi zapato?—Veo que Bill encendió la luz. Cuando lo hizo un grito escapó de sus bocas. Ellos se sobresaltaron causando que yo me burlara. Decidí abrir mi puerta. Estaba en silencio. Encendí las luces para ver una pila de huesos. Poniendo los ojos en blanco, cerré la puerta. Los dos se quedaron boquiabiertos mirándome.
—¿Qué había ahí?—preguntó Richie.
—Un montón de huesos—,me encogí de hombros.
—Bueno, cómo vamos a salir de aquí—.Gritó Richie al ver que la cosa estaba a centímetros de nosotros.
—Esto no es real. Como el cartel del niño perdido, eso no era real, esto no es real—.Bill explicó mientras Richie asentía. Miré el líquido que se acercaba a nosotros a cada segundo, parecía bastante real.
—Vamos listos—dijo Bill levantándome y agarrando mis manos y las de Richie.
—Noo—gimió Richie. Giré el pomo de la puerta abriendo la puerta a un pasillo vacío.—Ah, gracias dios—
—Espera, ¿y Eddie?—Les pregunté. Los dos miraron alrededor de la habitación vacía.
—¡Ayuda!—Eddie gritó y su voz llenó la habitación. Todos corrimos hacia la puerta abriéndola de golpe.
—Eddie—gritó Richie. El payaso Pennywise estaba de pie sobre Eddie. Se giró para mirarnos.—Eddie—,repitió Richie. Su voz vaciló ligeramente.
—¿Esto no es real para ti, Billy?—Dijo con falsa tristeza.—¿No soy real para ti?—Dijo aun con falsa pena. Oí a Richie murmurar una mierda junto a mí:—Fue bastante real para Georgie—,escupió. Se me cayó el corazón al estómago, ¿cómo se atreve ese hijo de puta a mencionar a Georgie? El payaso se rió antes de atacarnos. Me golpeó contra la pared; mi cabeza empezó a sangrar más. Antes de que pudiera alcanzarnos, Bev le clavó un palo en el ojo. Bill me levantó de nuevo. Gracias a Dios, porque la camiseta no ayudaba a mi cabeza sangrante. Puntos negros se alinearon en mi visión mientras Bill corría hacia Eddie. Eddie gritó y gimió.
—Ve a por Eddie—gritó Richie. Eddie seguía gritando.
—Tenemos que salir de aquí—.Bill me sentó en el suelo junto a Eddie.
—Ah no no no—Richie, Bill y yo nos sentamos alrededor de Eddie. Yo estaba apoyado contra la pared al lado de Eddie mi cabeza palpitando. Bill y Richie trataron de ayudar a Eddie. El payaso se había dado la vuelta, de cara a nosotros. Tenía la cara destrozada. Su único ojo estaba cubierto de sangre. Mientras se acercaba a nosotros las garras rasgaron los guantes. Todos estábamos gritando. Se abalanzó sobre nosotros riendo. Nuestros gritos se hicieron más fuertes cuando giró su cabeza y cortó a Ben en el estómago. El payaso despedazado retrocedió y salió por la puerta. Exhalé profundamente.
—No dejen que huya—,dijo Bill por encima de todos los gritos. Se levantó y lo siguió. Estúpido, estúpido, estúpido. Me levanté y fui tras él. Caminé tambaleándome lo mejor que pude hacia la puerta.
—¡Cheryl!—gritó Richie. Un par de brazos se enroscaron en mi cintura impidiéndome moverme. Me mordí el labio e intenté por todos los medios darle un codazo.
—¡Richie, suéltame!—Luché contra su agarre.
—No, no estás en condiciones. No me importa lo mucho que te guste Bill. No te voy a dejar ir—.Resoplé y dejé de forcejear. Era inútil luchar contra Richie.
—¡Bill Bill!—Eddie gritó. Bill subió las escaleras a toda velocidad. Bill nos miró a Richie y a mí de forma extraña. Le di una bofetada a la mano de Richie y me soltó. Me di la vuelta. El resto de los perdedores se habían reunido alrededor de Eddie. Richie se acercó a Eddie.
—Voy a poner tu brazo en su lugar-—
—No quiero que me toques—
—Sólo voy a...—Richie se rindió.—Uno...dos....tres—Eddie dejó escapar un nuevo y fuerte grito mientras Richie volvía a encajar el hueso en su sitio. Hice una mueca al oír el chasquido. Eddie miró fijamente a Richie mientras el chico se alejaba de él. Me levanté y comencé a salir, no soportando estar más tiempo en la casa.
—Chicos tenemos que salir de aquí—grité saliendo de la casa. Todos los demás corrieron detrás de mí. Todos colocamos rápidamente a Eddie en la bicicleta de Mikes; ya que tenía una cesta y rápidamente salimos dejando la bicicleta de Eddie atrás.
