[16] el pozo

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—CHICOS ALISTENSE—FUE LO PRIMERO QUE DIJO BILL CUANDO LLEGAMOS. Yo había sacado el cuchillo que había sacado de mi cocina; demostrando que no necesitaba un arma. Richie, por su parte, metió la mano en la hierba del lado de la vieja barandilla de madera. Sacó una vieja botella de cerveza que claramente no era estable. Al golpearla contra el poste, se rompió enviando una serie de polvo y suciedad por todas partes. Richie me miró a mí, que le observaba atentamente, y se encogió de hombros tirando los restos de la botella al suelo.

Eddie gruñó lanzando su cangurera al patio muerto. Le lancé una rápida sonrisa antes de dirigir mi atención a Bill, que estaba haciendo una especie de lanza. Se levantó claramente terminado y se dirigió a la casa.

Al entrar en la casa, los dolorosos recuerdos se hicieron presentes. La casa me trajo los recuerdos de los que había pasado todo el mes tratando de librar a mi cerebro. Una pequeña cicatriz en mi cabeza todavía me recordaba los horrores de la casa.

—Puedo olerlo—,dijo Eddie con una mordaza mientras iluminábamos la habitación con nuestras linternas. Mi linterna se posó en el manto de la chimenea que decía Good Cheers Good Friends.

—Sí, porque esta casa es muy amigable—.Murmuré en voz baja.

—Wow C-Cheryl que gran espíritu tienes ahí—me dijo Bill poniendo los ojos en blanco. Me burlé, estábamos en una casa donde podríamos haber muerto, obviamente no estaba en espíritu.

—Wow que actitud tienes ahí William—.Mis ojos se entrecerraron peligrosamente hacia él. Los dos nos quedamos así por un momento nuestros ojos se fijaron, una mirada pintada en mi cara. Bill fue a abrir la boca cuando Richie intervino.

—¿Pueden callarse los dos, perdedores?—.Suspiró colocándose entre nosotros.

—Sí, claro, lo que sea—.Me alejé de los dos notando también que Stan aún no había entrado en la casa.—Vamos Stan—.

—Uh um no.—

Después de mucho convencer a Stan, finalmente entró en la casa

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Después de mucho convencer a Stan, finalmente entró en la casa. Le di una sonrisa tranquilizadora mientras sus ojos recorrían la casa con nerviosismo.

—Eddie, tienes una moneda—.Comentó Richie mientras rodeábamos el pozo.

—No pediría un deseo en esa porquería—.Eddie respondió. Asentí con la cabeza, el pozo parecía un agujero interminable de nada esperando a engullirte.

—Tenemos que encontrar algo para llegar allí abajo. Gran plan William—,comenté, si él iba a ser un idiota, yo también.

—Bueno, chicos, hay una cuerda por allí—.Eddie comentó claramente sin querer empezar una pelea. Asentí con la cabeza y me dirigí a la cuerda. Tomando el material grueso se lo entrego a Bill; mientras se prepara lo pone en el gancho de hierro.

—Muy bien quien es el primero—.

—Yo voy—dijo Eddie rápidamente tomando la cuerda que Mike estaba estabilizando. Bill se apresuró a seguir, no queriendo dejar a Eddie solo en el agujero que había encontrado.

Pronto todos, además de Mike y yo, bajaron.

—Hey Cheryl, ¿qué pasa contigo y Bill?—Preguntó Mike. Gemí internamente por qué todos me preguntaban eso. No sabía la respuesta a la pregunta, aunque yo misma estaba intrigada.

—No lo sé Mike por qué no lo hablas con él, él fue el que empezó a poner en práctica la idea de ser un idiota primero—.Mike asintió. Alcancé a agarrar la cuerda cuando escuché un fuerte golpe. Dando vueltas Henry había aparecido tomando la pistola de cerrojo de Mike.

—¡Oye! Oye, devuélvemela—,grité alcanzando su pistola. Me salió el tiro por la culata. El proyectil me atravesó el brazo. El dolor me atravesó el cuerpo y me tambaleé hacia atrás, casi cayendo en el pozo.

—Mierda—.Maldije en voz baja. Ahora estaba apoyado en la fría piedra del pozo, con la cabeza colgando peligrosamente del borde. Mike seguía en el suelo de puro shock. Su boca estaba ligeramente abierta y sus ojos nos miraban a Henry y a mí. La ira se perfilaba en la cara del matón mientras se burlaba de Mike. Respiré profundamente. Mi corazón se aceleró cuando los ojos de Henry se encontraron con los míos. Una sonrisa enfermiza se dibujó en su rostro. Mis ojos se abrieron de par en par con horror mientras se acercaba lentamente a mí. Me levanté tan rápido como pude, mis pies resbalaban en el suelo embarrado.

—¡Mike! ¡Cheryl!—Los demás gritaron desde el pozo. La sangre de mi brazo goteaba por el lado del pozo contra el que había caído. Henry me agarró el brazo. Tragué nerviosamente, mis ojos miraron y la pistola de cerrojo que tenía en la mano, esta vez apuntando para no fallar.

Bang.

Mike había golpeado a Henry en la cabeza haciéndole caer de espaldas al pozo. Me agaché cuando su cuerpo cayó sobre el mío. Gritó al caer y los fuertes crujidos de su cuerpo resonaron en el espacio vacío.

—Que te vaya bien—.Murmuré. Mis ojos se encontraron con los de Mike, que se quedó sin aliento. Tomé la cuerda en mis manos y me abrí paso hacia abajo. Pude oír a los demás suspirar de alivio al ver mis pies y la cabeza de Mike, que asomaba hacia abajo, con su pistola de cerrojos cayendo de sus manos.

Una vez que bajé al pequeño espacio me di cuenta de que Stan no estaba. Mis cejas se fruncieron mientras escudriñaba la oscuridad en busca de él.

—Eh, chicos, ¿dónde está Stan?—Al escuchar mi pregunta las otras cabezas giraron para buscar a sus amigos en pánico mientras Mike lo hacía.

—Hey, lo siento chicos, el resto de mis pernos se cayeron al pozo—.Suspiró.

—¡Está bien, pero dónde está Stan!—grité. Habíadesaparecido.

¹ 𝐖𝐄 𝐀𝐋𝐋 𝐅𝐋𝐎𝐀𝐓 | ᵇⁱˡˡ ᵈᵉⁿᵇʳᵒᵘᵍʰ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora