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LOS MESES SIGUIENTES FUERON DUROS. Después de contarle a Bill y a sus padres lo de Georgie, se sentaron en el sofá con caras solemnes dudando si era verdad. Bill no se creía nada, me decía una y otra vez que estaba loca. Algunas noches acababa llorando durante horas, sólo pensando en ese día. El sueño la mayor parte del tiempo era escaso, mis sueños ahora estaban llenos de pesadillas del maldito payaso. Su horrible cara aparecía en mis sueños cada noche. Todo el mundo estuvo triste durante meses. Este último mes estaba tratando de dejarlo atrás y en cierto modo estaba funcionando, sonreía en la escuela y bromeaba con mis amigos. Sin embargo, la pequeña ciudad de Derry seguía atascada en los horrores, cada semana desaparecía un nuevo niño y volvía a aparecer el dolor de todas las familias desaparecidas. Georgie fue el primero de muchos.
El sol brillaba sobre el agua dejando que brillara con su luz. Una suave brisa soplaba en medio de los barrancos. Los árboles y las plantas cubrían el suelo a mi alrededor. Me senté en el borde de la colina mirando hacia el agua. Tenía un libro en la mano, pero no lo estaba leyendo. Mis ojos admiraban a la pareja de patos que graznaba felizmente disfrutando de su día. Suspiré pensando en todas las cosas que haría este verano. Primero iría a la playa y segundo superaría mis sentimientos por Bill.
—¡Ay Richie que mierda!—Eddie gritó en la distancia. Sonreí al escuchar la voz quejumbrosa de Edward Kaspbrak, cerrando mi libro lo metí en mi bolsa. El club de los perdedores, cortesía del infame Henry Bowers, finalmente había llegado.
—Siento que seas tan quisquilloso Eds—.Richie se 'disculpó'. Resoplé en silencio, con una pequeña sonrisa plantada en mi cara.
—Hey Zorrita Richie—bromeé caminando hacia él.
—Oye, Sharerry Berry sigue siendo virgen—,dijo con su encanto Tozier.
—Sí y estoy orgulloso considerando que todavía eres el único no virgen aquí—.Richie puso los ojos en blanco. Dudo mucho que no fuera virgen, pero le seguí la corriente; todos lo hicimos sin querer herir el enorme ego de los chicos.
—Eds—dije abrazándolo. Estaba cerca de todos los chicos del grupo, aunque secretamente deseaba que hubiera otra chica para no tener que soportar las hormonas de 4 adolescentes solos.
—Hola Cher—,me dijo. Me sonrió dulcemente antes de enfrascarse en otra discusión con Richie. Me acerqué a Stan.
—Perdón Stan por no haber podido ir a tu casa ayer mi madre no me dejó—le dije. Stan y yo teníamos un proyecto de historia en el que trabajar pero ayer mi madre me hizo hacer sus recados así que no pude ir a Stan y aprender algo.
—Está bien, en realidad mi madre me hizo practicar para mi Bar Mitzvah—se encogió de hombros, con algunos de sus rizos rebotando.
—Bien, ¿entonces mañana en vez de hoy?—Sonreí. Asintió con la cabeza. Me puse al lado de Bill, que me sonrió.
