[4] oh dios mío, te gusta bill!

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¡CHERYL! ¡CHERYL! VEN A JUGAR CONMIGO!—Suplicó el pequeño.

—Ahora no Georgie, tengo que estudiar—.

—Te ayudaré Cherrie—Dijo sentándose en mi cama. Una pequeña sonrisa se dibujó en su cara.

—Bien. De acuerdo, puedes ayudar—suspiré, dándome por vencida. Georgie sonrió más ampliamente y saltó de mi cama a la silla de mi escritorio haciéndola girar en círculos.—Bien, ¿puedes leer las definiciones de estas tarjetas, Georgio?—Asintió con la cabeza.

—¿Por qué me mataste Sherry Berry?—Dijo leyendo las cartas. Su rostro se contorsionó con una ira invisible. Mi corazón palpitó ante la pregunta.

—No lo s-sé—,tartamudeé. Pasó a la siguiente carta. Una maldad brilló en sus ojos mientras la leía en voz alta.

—¡Hora de morir!—Georgie se abalanzó sobre mí. Grité fuertemente tratando de esquivar el camino.

Me desperté con un sobresalto. Un sudor frío empapaba mi cuerpo. Me senté mirando alrededor de la habitación. Las sombras oscuras bailaban en mis paredes debido a las luces de la calle. Dejé escapar un suspiro de alivio al darme cuenta de que Georgie se había ido. Sólo había sido una pesadilla, pero se sentía tan real. No había forma de dormir pronto, así que me levanté de la cama y me dirigí a los Denbrough. El corazón todavía me latía en el pecho. Bajé por la ventana y aterricé suavemente en la hierba. La luna brillaba en el patio, haciendo un camino fácil de recorrer.

—Bill Bill—,dije mientras llamaba a su ventana. Pude ver cómo se levantaba de la cama con dificultad. Abrió la ventana.

—Cheryl, ¿qué haces aquí?—No sabía qué decir, así que lo solté sin querer;

—No puedo dormir, Georgie, pesadillas...sí—.Divagué. Bill me miró extrañado:—¿Puedo pasar la noche? Me sentiré mejor con algo de compañía—.Le dije.

—¿Segura?—Contestó dejándome entrar de lleno. Pasé junto a él y me senté en su escritorio. Me miró confundido. Suspiré, levantándome y tomando una manta y una almohada de la cama de Bill.

—Dormiré aquí—.Dije tomando los objetos y poniéndolos en el suelo.

—Sí, adelante—.Por qué estaba actuando tan nervioso que he pasado la noche antes. Me tumbé en el suelo y me tapé con la manta hasta el pecho. Hubo silencio durante unos momentos antes de que Bill hablara:—C-C-Cheryl puedes dormir aquí arriba si quieres—Se rascó la nuca nerviosamente. Lo miré con atención mientras me levantaba.

—¿Seguro?—Le dije subiendo a la cama junto a Bill. Cerré los ojos mientras Bill subía las mantas.

—Ja, ya sabes que vamos a dormir juntos—.Bromeé. Bill gimió.

—¡En serio Cheryl!—

—Tienes razón, lo siento, lo siento—.Me reí.

Cuando sentí que empezaba a perder el control, me acerqué a Bill. Él me rodeó con su brazo, irradiando su calor.

—Um, ¿está bien?—,dijo torpemente. Yo tarareé una respuesta y mis ojos se cerraron.

Al día siguiente me preparé para mi 'interrogatorio' a Beverly

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Al día siguiente me preparé para mi 'interrogatorio' a Beverly. Había llamado preguntando si quería salir conmigo en lugar de ir a la Cantera. Supuse que sería la oportunidad perfecta para hablar con ella a solas. Me recogí el pelo grueso en una trenza lateral añadiendo una cinta roja al final. No me puse el traje de baño, sino que lo metí en el bolso por si acababa yendo a la Cantera después. Eché un vistazo a mi aspecto. Llevaba una blusa blanca y unos vaqueros azules. Suspiré antes de bajar los escalones, poniéndome las chanclas rojas al final.

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Llegué a la heladería justo a tiempo, fue su elección hubiera preferido ir a una cafetería y comer un bagel ya que todavía era la hora del desayuno.

—Hola Cheryl—Me giré hacia la puerta. Beverly me sonrió antes de pedir un cono de chocolate. Pedí uno de vainilla para mí, básico, lo sé, pero me gustaba.

—Hola—respondí lamiendo el cono.

—¿Cómo estás?—me preguntó Beverly. La miré.

—Estoy bien, ¿cómo estás tú Beverly?—Me miró de forma extraña.

—Por favor, llámame Bev, odio a Beverly—.Asentí con la cabeza.—Pero aparte de eso estoy bien—.

—Bien, tengo una pregunta—.Comencé. Esto era todo; Cheryl Lynn Baker iba a averiguar si a Beverly Marsh le gustaba Bill.

—¿Te gusta Bill?—Bev se rió de mí. Le dirigí mi mejor mirada de 'qué demonios'. Su mano cubrió su boca, ocultando parte de su risa.

—No, no me gusta. Así que no te preocupes, veo la forma en que te mira y la forma en que lo miras, además de que me gusta Ben de todos modos—.Me quedé con la boca abierta. Era como una maldita lectora de mentes.

—Yo no... lo que sea que estés insinuando—.Tartamudeé. Bev me miró como si fuera uno de esos psicópatas que se escapan del manicomio. Resoplé molesta. Ella no iba a llegar a mí.

—Estoy segura, teniendo en cuenta que tus mejillas están ahora mismo muy rojas—.Bev me dijo en broma. La fulminé con la mirada, cruzando los brazos sobre el pecho.

—¡Qué no! Además sólo somos amigos—.Insistí.

—Así que estás diciendo que no te gusta nada—.Me miró como si fuera su hija. Tenía el ceño fruncido y los labios en una apretada sonrisa. Suspiré, dándome por vencida.

—Bien, me has atrapado, me gusta Bill, bien, sólo estaba viendo si te gustaba porque...—

—Te pusiste celosa porque esperó para agradecerme e invitarme a la Cantera—.

—Sí, ¿eres como psíquica o algo así?—

—No, aunque sería genial—.Se encogió de hombros.

—Y Bill no se siente así por lo tanto eran amigos, Bev. —

—Eso es lo que dicen todos los chicos que son inconscientes, pero quieres poner a prueba esa teoría ay—Bev sonrió agarrando mi mano. Yo negué con la cabeza. Ella puso los ojos en blanco mientras me arrastraba hacia la puerta.

—¡Bev Bev Beverly a dónde vamos!—

¹ 𝐖𝐄 𝐀𝐋𝐋 𝐅𝐋𝐎𝐀𝐓 | ᵇⁱˡˡ ᵈᵉⁿᵇʳᵒᵘᵍʰ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora