Capitulo 21

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La pelirroja comenzó a abrir los ojos lentamente, la luz le lastimaba, sin recuperar la conciencia completamente, se levantó y miró a su alrededor. Tallo un poco sus ojos que aún seguían adoloridos por los lentes de contacto y se giró aturdida, cayendo en cuenta de donde estaba.

Corrió hacia le ventana y pudo ver que estaban en el mar, se estaban moviendo, comenzó a entrar en pánico y corrió a la puerta, para comenzar a gritar y golpearla.

—¡Abran la puerta!— gritó dando repetidos golpes en ella.

—¡Aggg! ¡Déjenme salir!— su corazón latía cada vez más rápido, el miedo invadía todo su ser, no sabía dónde estaba ni que estaba haciendo aquí.

—¡Ayuda!— la chica se apartó de golpe al ver que la puerta se abría.

Elizabeth quedó paralizada ante lo que estaba viendo frente a ella, su corazón de detuvo, se sintió como aquella vez en la cual estuvo a punto de morir.

—Papá...— susurró mirándolo estupefacta.

—Cariño...— respondió aquel hombre, el cual no dudó en lanzarse a ella para abrazarla fuertemente.

La rojiza no sabía como reaccionar, sentía como si estuviera a punto de tener un infarto.

—Te extrañe tanto...

La pelirroja lo empujó, separándolo de ella. —No eres real.—

—Claro que lo soy cariño...— intento acercarse pero la chica retrocedió.

—No, tú estás muerto...— trataba de convencerse a si misma de que era así, de que lo que estaba viendo solo era parte de sus alucinaciones.

—Tuve que desparecer y lo siento...— intento abrazarla pero ella rápidamente lo empujó.

—Quería protegerte, quería protegerlos...
John B se hizo presente, entrando por aquella puerta, Elizabeth retrocedió aún más, chocando con un pequeño mueble.

—¿De qué? ¿Protegernos de qué?— preguntó aún sin poder creer lo que estaba pasando.

—De todo, de todos. Sabes que yo siempre quise lo mejor para ti y-
No pudo terminar a causa de que la pelirroja no lo permitió.

—Llevarme a un lugar el cual era un infierno y encerrarme ahí, ¿era lo mejor para mi?— sus ojos se volvieron lagunas.

—Era lo mejor...

—Solo tenía siete años...— susurró con un hilo de voz y una lágrima se desplazaba por su delicado y dañado rostro.

—Y con solo siete años, nos arruinaste la vida— intervino John B.

Lo miró con enojo y apretó los labios al igual que su mano izquierda, cosa que su padre, si es que así se le podía llamar, lo notó.

—John B, déjanos solos— ordenó John.

El chico refunfuñó por la bajo y salió de la habitación, dejándolos solos.
La chica se volteó y cubrió su boca y nariz con la manga de su suéter.

—Hey...— la tomó por los hombros.

—¡No me toques!— se apartó de él.

—Iré por un taza de té para ti cariño y luego hablaremos más tranquilos, ¿vale?— la chia lo miro realmente mal pero a él no le importo y salió de ahí.

La pelirroja comenzó a buscar en su suéter aquella bolsa que traía, no la encontraba, desesperada comenzó a buscar en todo el cuarto, ahí estaba. En una mesa, corrió, la tomó para comenzar a abrirla y averiguar que se encontraba ahí.
Al ver de que se trataba, sonrió como boba.

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⏰ Última actualización: Feb 11, 2022 ⏰

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𝐓𝐑𝐀𝐈𝐓𝐎𝐑// 𝐑𝐚𝐟𝐞 𝐂𝐚𝐦𝐞𝐫𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora