𝐀𝐝𝐨𝐥𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐏𝐞𝐜𝐚𝐦𝐢𝐧𝐨𝐬𝐚 [𝐁𝐨𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫]

6☠︎︎

𝐅𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚

𝐂𝐚𝐛𝐫𝐚𝐤𝐚𝐧

Estar de regreso en casa es algo extraño ya que la mayor parte de mi vida la pasé en Canadá en el internado, solo venia de nuevo para las fiestas o cumpleaños de mis padres o de mi hermana.
Paso mis dedos por la repisa dónde tenia los libros que solía leer estando aquí, tomo el cual lleva por título “ Los 120 días de Sodoma” la filosofía de Marqués de Sade era que todos deberíamos poseer una libertad moral y sexual la cual nos permita disfrutar nuestra sexualidad más haya de las limitaciones y pudores que impone la sociedad.

Se sabe que en su época a sus escritos se les consideraban como malditos o que inducían a un mundo de  y crimen, según la iglesia.

Siempre he pensado que el pensamiento de Sade era muy avanzando a la época que le tocó vivir, por eso es que siempre ocultaron sus historias ya que temían que las personas empezarán a salir del típico pudor que nos condena la sociedad.

-¿Aún te sigue gustando ese libro? – veo a mi hermana recargada en el marco de la puerta mientras me ve atentamente.

-Si, es muy interesante. Deberías leerlo – le sugiero.

-Tal vez te lo pida prestado para llevármelo a la universidad

Dejo el libro en su lugar y fijo mi vista nuevamente en mi hermana.

-Hablando de la universidad, ¿Cómo te está yendo?

-Como la mierda, resulta que la universidad no es como la pintan las películas de fraternidades – dice totalmente fastidiada.

-Jamás a sido así, si hay momentos de diversión pero ganan más los momentos de estrés

-Yo sigo esperando a que haya una pelea de fraternidades y tengamos que hacer un equipo de porristas para ganarle a la fraternidad enemiga – se avienta en mi cama mientras que yo permanezco de pie.

-Muchas películas de fraternidades te están afectando el cerebro – la molesto.

-Mas bien me engañaron por completo

-Siento decepcionarte, Lyra. Pero la universidad solo es estrés e insomnio

-Tu te divertías mucho en ese tiempo, salías de fiesta cada fin de semana

-Salía por qué dejaba todas mis tareas listas para no estar con pendientes, tanto yo como los demás hacíamos lo mismo – le recuerdo.

-Yo no puedo hacerlo, siento que si salgo me encargarán más tareas para el siguiente día – pasa sus manos por todo su rostro.

Me siento a su lado mientras ella sigue ocupando el mayor espacio de la cama.

-Tienes que también disfrutar un poco, no todo debe ser estrés y tareas

-Lo se, por eso ahora estoy tratando de ser más organizada y poder disfrutar mis fines de semana

Al final me tumbo a su lado y los dos quedamos con la vista fija en el techo de mi habitación el cual tiene unas estrellas que brillan en la oscuridad.

-¿Cuándo podré ir a Paris contigo? – pregunta

-Cuando estés de vacaciones

-Pero falta mucho – se queja.

-No falta tanto, verás que el tiempo se va a ir volando

Siento como se sienta en la cama y acerca uno de sus dedos a mi cara para pasarlo por dónde ahora se sitúan unas pequeñas ojeras.