Luego de que un virus zombi se propaga por su escuela, un grupo de jóvenes atrapados debe encontrar una salida o acabar infectado.
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Choi Myeong-Suk vive su vida normal hasta que el virus, que comenzó en un pequeño hamster, termin...
Estaba recostada sobre los futones que nos habían dado aquellos militares.
Estaba todo obscuro, haciendo que solo la luz de la luna entrara por aquella pequeña ventana abarrotada que había en la habitación.
Hace hace dos semanas que llegamos a ese lugar, demacrados. Nos habían dejado aquí todo este tiempo, trayendo comida y demás. Cada habitación tenía un baño privado.
La vida aquí era horrible, pero mejor que sobrevivir a esos caminantes.
Mire a mis dos compañeros, que dormían plácidamente. Que envidia, Na-yeon y Gyeong-Su. Que envidia.
Me senté, bostezando mientras cerraba los ojos. Al mirar por la ventana, la luna captó mi atención. Cómo siempre, se ve hermosa.
—. Ay, luna... Ojalá pudiera casarme contigo para poder decir; "¡Miren que linda mi esposa!" —. Susurré por lo bajo junto a unas carcajadas que salieron de mi boca.
—. Creí que tú y yo seríamos esposos en el futuro. —. Casi grito al oír la voz de Gyeong-Su, quien se rió por lo bajo al ver mi reacción.
—. Ya se te hizo costumbre asustarme. —. Me queje.
—. No es que quiera, es simplemente que sale solo. —. Dijo, acercando su futón más cerca de mi. —. ¿Todavía no puedes dormir?
—. Nop... —. Dije, alargando la "o".
—. ¿Será que necesitas a tu príncipe? —. Tomo ni mano, sonriendo de forma coqueta.
—. Ah, no veo a ningún principe. —. Dije, mirando a mi alrededor con burla.
—. Auch, ¿Que te pasa? Yo soy tu príncipe. —. Me dijo con molestia.
