Luego de que un virus zombi se propaga por su escuela, un grupo de jóvenes atrapados debe encontrar una salida o acabar infectado.
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Choi Myeong-Suk vive su vida normal hasta que el virus, que comenzó en un pequeño hamster, termin...
Mire por última vez mi reflejo en el el espejo, acomodando mi cabello en mi coleta alta. Sonreí, satisfecha por el resultado, para seguidamente salir de el apartamento gritando un "Adiós, mamá".
Rápidamente, comencé a correr el elevador, presionando el botón para el primer piso. Mientras bajaba, busque entre mi mochila mi celular y mis audífonos, para así comenzar a escuchar música mientras corría a la escuela.
Tome mi bicicleta negra, quitando el candado para acomodar mi mochila en el cesto del frente. Comence a andar hacia el instituto Hyosan, escuchando la música que normalmente oigo.
Varias gente con el uniforme de mi escuela caminaban por detrás de mi, o pasaban corriendo a mi lado, a lo cual no le tomaba importancia; seguía mirando al frente, pedaleando.
A lo lejos, la puerta principal de la escuela se hizo presente ante mis ojos, haciendo que acelerará la velocidad una vez divisé al guardia que apuraba a algunos a entrar.
Pase por su lado, rápidamente mientras esté me regañaba por la velocidad y por haber llegado tarde. Me detuve un momento, observando como Cheong-San paraba a mi lado, haciendo que viera a On-Jo anotándose en la lista de los retardados.
—. ¿Cómo es que siempre llegamos tarde? —. Pregunté mientras ambos comenzabamos a caminar hacia el estacionamiento de bicicletas.
—. Es un don. Una maldición. —. Dramatizó, ayudándome a acomodar mi bicicleta.
Me rei entre dientes antes de hablar: —. Eres un bobo. ¿Por qué On-Jo lleva tu mochila?
—. Ya sabes. Hoy le tocó ser mi esclava. —. Ambos entramos a la escuela, comenzando a subir las escaleras hasta nuestro salón de clases.
—. No entiendo porque la tratas así. Ya dile que te gusta. —. Golpee su hombro, rodando mis ojos.
—. No me gusta. —. Mintió, apartando su vista de mi. —. Pero, a ti si que te gusta Gyeong-Su. —. Una sonrisa burlona se dibujo en su rostro, mirándome.
