el amor enfermizo de mikey iba aumentando con los años. planeaba el secuestro perfecto de su querido takemichi, para así lograr que al fin sea suyo y de nadie más.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mikey y Takemichi se encontraban besandose, había pasado un año aproximadamente luego del secuestro de Hanagaki y para Manjiro todo iba saliendo a la perfección, tenía a Takemichi de pareja, el amaba a Manjiro y poco a poco se fue acostumbrando a los maltratos de Mikey.
— M-Mikey.. — Jadeó gracias a los toques de Manjiro.
El no habló, solo siguió besando el cuello del menor dejando marcas por todas partes. Mikey tenía una leve obsesión con dejar en todas las partes posibles marcas creadas por el, ya fueran provocadas por sus mordidas, quemaduras por las cuerdas que ocupaba de vez en cuando o cuchillos, el hacia todo así que se sentía satisfecho de cada uno de sus actos y no se arrepentía de nada.
Luego de ambos haber tenido una larga noche de sexo, ocupando distintas posiciones, distintos objetos, ambos quedaron acostados. Takemichi solo disfrutaba al principio, pero luego lo detestaba aunque había aprendido a vivir con ello y solo hacer todo lo que el quisiera, ser sumiso ante el era la mejor opción para llevar una buena relación con Mikey. Obviamente habían varias veces donde no aguantaba y desobedecia ante las órdenes de el pero no terminaba bien. La última vez que sucedió algo así lo mantuvo en el patio trasero de la casa sin ropa amarrado tal cual un perro, comiendo una vez al día y siendo violado todos los días a gusto de Mikey. Otras veces solo lo encerraba en una habitación y lo golpeaba a su gusto, remarcando al igual las cicatrices de su brazo las cuales tenían el nombre "Mikey" marcado, la tortura de los 5 días.
— Duele.. mh. — Takemichi se levantó de la cama para así poder ir al baño y darse una ducha. — ¿Hoy estará de buen ánimo?
Takemichi solía hacerse esa pregunta siempre con temor a encontrarlo de mal humor y ser el que tuviera que recibir todo su enojo a golpes los cuales a veces llegaban a romper alguno de sus huesos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¡Lo logramos! — Ambos chocaron sus manos con alegría.
— Mikey está viviendo en ese lugar, está confirmado.. bien. — Akkun estaba feliz, luego de tanto esfuerzo pudieron encontrar el paradero de Mikey.
