Estos días Mikey se había encontrado de buen humor, de hecho habían hecho bastantes cosas juntas lo cual hacía que el corazón de Takemichi se acelerara, ¿estaba enamorado? sí, ¿le tenía miedo? también, pero ahora sus acciones eran más sumisas ya que en la mente de el era algo que se merecía y el debía recibir su castigo por cada cosa mala que hacía.
Takemichi estaba guardando unos platos mientras Mikey cocinaba, hasta que de un segundo a otro el sonido de un plato romperse sonó lo cual hizo que Manjiro se enojara completamente, por lo cual apagó la cocina y se acercó a el, tomando un pedazo de vidrio del piso.
— ¿¡Como eres tan idiota!? ¡no haces nada bien! — Colocó su mano en el cuello de Takemichi para así comenzar a apretar este. — Eres inútil Takemichi. — Comenzó a hacer cortes en el brazo de Hanagaki con el pedazo de vidrio. —
— ¡P-Perdón! prometo.. tener más cuidado.. — Cerró sus ojos mientras sollozaba, intentando aguantar el dolor de los cortes. —
— ¡No llores! tu lo provocaste. — Dió el ultimo corte y luego lo soltó. —
— Tienes razón.. tienes razón. — Su cuerpo temblaba del miedo. —
Mikey comenzó a arrastrar a Takemichi del cabello, llevandolo a su habitación para así tirarlo a la cama para poder golpearlo a su gusto, dejando todo el cuerpo de Takemichi morado. Luego de eso comenzó a romper su ropa con facilidad, la fuerza de el aumentaba cuando se encontraba en ese estado.. El Mikey que Takemichi tanto amaba se había ido y ahora solo se encontraba el Manjiro que tanto miedo le tenía.
— Por favor no metas.. nada, aún duele un poco — Limpió sus lágrimas. —
La ultima vez que Hanagaki había cometido un error Mikey había introducido cosas de gran tamaño para poder abrir aquel lugar y al mismo tiempo, desgarrarlo para luego penetrarlo ya que para la oscura mente de el era satisfactorio verlo así.
— ¿Tu eres el que manda? tu solo obedeces y callas, tu eres el culpable de todo. — Golpeó su mejilla con fuerza, dejando aquel lugar rojo. —
— Perdón Mikey.. tienes razón. — Mostró una leve sonrisa. —
— Así es mejor, cariño. Debes ser obediente pero igualmente mereces tu castigo pero prometo ser más suave. ~ —
Para Takemichi no era agradable tener sexo, por lo cual aunque si fuera suave seguiría siendo un abuso hacia el.
Mikey comenzó a besar su cuello dejando mordidas bastantes notables en aquel lugar y luego ir bajando de su clavícula hasta su abdomen, dejando marcas por todas partes mientras sus manos se encargaban de tocar otras partes de su cuerpo. Por parte de Takemichi el sólo se quedó quieto, ¿para qué haría resistencia? no valía la pena en absoluto, prefería sufrir en silencio aunque a veces era algo insoportable ya que no había ni un poco de lubricación de por medio, según Mikey era lindo sentir lo apretado del interior de el, aunque era doloroso.
Mikey dió vuelta su cuerpo, elevando su cadera para así dejar su pecho y su cabeza apegadas a la cama, dejando su trasero a el gusto de el.
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Te amo, Takemicchi.
Fanficel amor enfermizo de mikey iba aumentando con los años. planeaba el secuestro perfecto de su querido takemichi, para así lograr que al fin sea suyo y de nadie más.