Dos.

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Pronto y como era de esperarse Bingley suspiro completamente encantado con Jane.— Ella es la criatura más hermosa que alguna vez haya visto— confesó a su amigo.

Darcy la miro un poco, tratando de entender que era lo que encantaba tanto a su amigo pero nada— Sonríe demasiado— admitió.

— Es, es un Ángel— sentenció completamente decidido el castaño.

Fue entonces cuando la música paró y Bingley decidió que ya era hora de acercarse a la chica, sin más remedio Darcy tuvo que seguirlo, no se iba a quedar parado solo mirando hasta que él decidiese regresar.

— Ay Dios— jadeo la matriarca Bennet al ver al galante, y por supuesto realmente rico, hombre caminar hacia ellas.

Lucille, mientras, no podía siquiera hablar, su madre se había asegurado de infringirle un poco de dolor en las manos para que no fuese a decir o  hacer algo inapropiado.

Fue entonces cuando sus miradas se encontraron, Lucille y Darcy se miraron unos segundos hasta que el hombre apartó la mirada, haciendo una ligera mueca al encontrar bonitos los ojos de Luci.

— Charles Bingley— se presentó una vez que llegó, su mirada no se apartó de su pequeño ángel rubio.— es un placer conocerla.

— Soy la señora Bennet— se atrevió a hablar la madre de las chicas, era claro que iba a aprovechar esta oportunidad al máximo.— hemos escuchado hablar mucho de usted, señor Bingley. Mis hijas— presentó haciendo que todas, exceptuando a Elizabeth y Lucille, sonrieron con coquetería.— todas con carácter impecable.

— Uhm... Déjenme presentarles a mi amigo, el señor Darcy de Derbyshire— con un movimiento de mano le indicó a su amigo que se acercara cosa que él hizo, inclinando un poco la cabeza en señal de respeto.

— ¿Le ha gustado Hertfordshire, señor Bingley?— se apresuró a cuestionar Elizabeth asegurándose de batir las pestañas cuando vio como su hermana y el hombre mantenían una unión en sus miradas.

— La verdad mucho— contestó, sonriendo amablemente.

— He oído que las bibliotecas de Netherfield son las mejores— Lucille rodo los ojos acto que no pasó desapercibido por Darcy y sonrió un poco divertido pero de inmediato volvió a adoptar esa faceta seria al percatarse de su inapropiado acto.

— ¿Bi-biblioteca?— preguntó realmente incrédulo Charles, y Lucille se burló un poco de su tonta hermana en sus adentros.— Lo es.

Era claro, y por si no se habían percatado, Lucille y Elizabeth no se llevaban del todo bien. Todo comenzó cuando el señor Bennet tomó un favoritismo por la mayor de sus hijas y del que inmediato todas se dieron cuenta pues el hombre no dejaba de pavonearse de su «hija prodigio» olvidándose de halagar a las demás. Esto por supuesto hacia que la mayor de las Bennet tomara una personalidad arrogante y siempre se creía mejor que todas.

Por eso, y por supuesto, no tenía ninguna buena relación con sus hermanas, exceptuando un poco a Jane. La pequeña rubia siempre trataba de verle lo positivo a las personas, aunque estas no tuvieran nada de ello, era todo lo contrario a su melliza.

— Señorita Bennet, puedo ser tan audaz de pedirle las dos piezas siguientes sino tiene un compromiso ya— se dirigió a Jane, sonriendo encantadoramente. Nathalie sonrió completamente satisfecha al escuchar esa invitación.

— No estoy comprometida— aclaró Jane, muy para el alivio de Charles, y sonrió tímidamente.

— Bien hecho, señor Bingley. Eligió a la más bella de mis hijas— halago la señora Bennet con una sonrisa gigante.

— Madre— la reprendieron Luci y Liz al expresarse de esa manera, aunque en realidad, ya era costumbre.

Ella ignoró las quejas de sus hijas, inclinó la cabeza y se posicionó a lado de Darcy, quien la miro seriamente. No le había gustado su manera de expresarse, pero no podía ni debía decir nada, no era asunto suyo.

— Considero que el baile es el primer refinamiento de la sociedad educada ¿usted que piensa, señor Darcy?— cuestionó Nathalie sonriendo de tal manera que Lucille comenzó a pensar que su cara se rompería.

— No, cualquier salvaje baila, imagino que hasta los zombies pueden hacerlo con cierto éxito— respondió haciendo que las chicas Bennet rieran falsamente, más sin embargo, la sonrisa satisfecha que se plantó en el rostro de Lucille fue genuina pues por fin alguien había cerrado la boca de su madre.

— Disculpe— asintió el coronel y decidió alejarse de ahí.

El ceño de Lucille se fruncio al ver como, nada discreta en realidad, Elizabeth buscaba con la mirada al coronel Darcy.

Los ojos verdes de la muchacha se iluminaron y se mostró genuinamente feliz al ver la sonrisa de su melliza al bailar con Charles Bingley, parecía que ella en verdad se estaba divirtiendo y eso le alegraba.

Cuando la pieza terminó tomó un rumbo diferente, Jane a lado de Lucille y Bingley con Darcy.

— Darcy— se quejó al verlo parado justo a lado de su hermana con esa expresión de hastío.— Odio verte ahí parado, deberías bailar— aconsejó ganándose una mala mirada del coronel.

— Sabes que lo detesto cuando no conozco muy bien a mi pareja.

— ¡Ah! Pues en ese caso...— Bingley rodo los ojos e incitó a su amigo a caminar cuando vio las intenciones de su hermana.

— Bailas con la única joven linda que hay— recriminó el hombre a su amigo.

— Pero dos de sus hermanas también son muy bonitas— señaló con su cabeza a Lucille que estaba riéndose con Jane, había rechazado a un par de hombres que querían bailar con ella y Jane le estaba recordando el sermón que le daría su madre al enterarse de eso.— diría incluso que una es bastante... Agradable— expresó siendo un poco sarcástico señalando ahora a Elizabeth que estaba sentada con expresión amargada en su rostro.

Estaba incluso un poco herida, en cuanto se refería al ego, pues nadie se había acercado a ella, pero no pretendía tampoco cambiar su expresión repeledora de personas.

— Bueno, ella es tolerable— admitió, no queriendo hablar de lo bonita que le parecía Lucille en realidad, no estaba en sus planes decirselo a su amigo que, conociendolo bien, sabía que haria lo imposible por que él tuviera un encuentro con la bonita castaña de ojos verdes.

— ¿Tolerable?— se burló Bingley, no percatándose que Elizabeth se acercaba un poco para poder oir de lo que hablaban.

Mala idea, Lizzy.

Pues hola, me presento, soy el fantasma que escribe este historia, ahrrrrrr.

Equis, ¿como andamos? Bien o que? Jsjs, pues nada, espero que les guste este capítulo medio chafa pero que escribí con mucho amor.

Cuídense mucho, lavense sus manitos y coman bien. Lxs amo

— Mary 💜



Lucille • Fitzwilliam Darcy•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora