Cinco.

224 36 9
                                    

La puerta de la mansión Blingley estaba siendo tocada con insistencia, y cuando fue abierta se revelaron a Elizabeth y Lucille Bennett sucias y agitadas.

— ¿Donde está mi hermana?— se apresuro a preguntar Lucille, esta estaba bastante pálida en realidad.

Aun no se recuperaba del susto.

— siganme, por aquí por favor— reverencio el mayordomo y les señalo por donde caminar siendo seguidas por él, el pobre hombre apenas y podía seguir a aquellas apuradas muchachas que daban pasos gigantescos.

— Debe ser observada en una habitación cerrada en todo momento— instruyó Darcy justo cuando la puerta de la habitación en la que estaban se abrió.

— Esto es demasiado obsesivo— mascullo Bingley siendo interrumpido por el mayordomo.

— La señorita Lucille Bennet y la señorita Elizabeth Bennet— anunció haciendo que de prisa todos los hombres de la habitación se pusieran de pie e hicieran reverencia.

— ¿Vinieron caminando hasta aquí?— preguntó la hermana de Charles bastante incrédula en realidad, sin embargo esa mirada de superioridad no abandonaba su odioso ser y Lucille sintió tanta rabia al ver cómo ella las miraba con desdén y asco al verlas sucias.

¿Pero que importaba? Solo quería saber si su melliza estaba a salvo, después se encargaría de esa estúpida mujer.

— Sí, ¿y como está mi hermana?— se apresuró a preguntar Elizabeth dando un paso hacia enfrente, cubriendo a su hermana menor al reconocer su mirada furiosa.

— Tenía fiebre y paso una mala noche— informó Charles con sus manos en su espalda— creo que tiene gripe— dice ganándose inmediatamente la atención de su amigo.

— O algo peor— acota para después volver su vista a Lucille.

A esa linda chica que estaba parpadeando ligeramente para quitar las lágrimas que se habían aglomerado en sus ojos al pensar en todo lo que su melliza había -probablemente- sufrido.

— Detesto la enfermedad, le resta a uno elegancia de forma continua— se entromete nuevamente Carola y Lucille solo podía apretar sus puños al escuchar salir de su estúpida boca cosas innecesarias.

Paul rió un poco al notar las mejillas rojas de Lucille, quizá estaba demasiado enojada y eso la hacia ver adorable ante sus ojos y esto no pasó desapercibido por Darcy que solo podía mirarlo mal.

¿Por que? No lo sabe.

— Eso es cierto— apoyó Louisa a su hermana.

— Uh, ¿podemos cuidar de ella?— preguntó Elizabeth, ignorando olímpicamente a esas mujeres.

— Uhm, Edwin, lleva a las señoritas— pide Bingley al mayordomo el hombre asiente y le indica que caminen hacia afuera.

— Gracias— sonrió Lucille y desvío sus ojos hacia Darcy.

A aquel hombre amargado, pero muy guapo.

— No voy a cometer el mismo error que en la partida de naipes, Bingley. — sentencia seriamente Darcy a su mejor amigo tras ver a las chicas salir de la habitación.

Y Charles pudo sentir un poco de miedo al ver la seriedad del coronel, sabía que él podía acabar con su Ángel si creía que no era bueno tenerla con vida.

— Dios mío, Janie— susurro Lucille arrodillada a un lado de su hermana.

Esta estaba temblando de frío sin embargo estaba sudando mucho  y estaba tan pálida que asustaba a Lucille y a Elizabeth.

— Todo estará bien— arrullo Elizabeth mientras acariciaba su cabello.

Pronto la puerta de la habitación fue tocada— Señoritas Bennet, el médico a llegado— anunció Darcy entrando a la habitación.

— Por favor— Elizabeth lo invitó a pasar, y el médico se acercó a Jane para comenzar a analizarla.

— ¿Qué está haciendo?— susurro Luci viendo como Darcy destapaba un frasco que había sacado de un bolso de su saco.

— ¿La agarro el aguacero?— cuestionó el doctor y Elizabeth asintió dándose cuenta de un molesto zumbido.

— ¿Enserio?— alzó Lucille una ceja bastante fastidiada al darse cuenta de las actitudes del coronel Darcy.

Lucille dió un paso más cerca del coronel por si es que se le ocurría hacer algo encontra de su hermana, y él simplemente la miro un poco para después sacar disimuladamente su daga.

Sin embargo miro extrañado a Lucille cuando atrapó la primer mosca y la segunda fue atrapada por Elizabeth.

— Su herida, Doctor— señalo Darcy y el hombre descubrio la mano de Jane para ver una pequeña tela cubriendo la herida.

— Su mosquete falló— defendió Lucille y Darcy preparó su daga por si era necesario abalanzarse sobre Jane para cortarle la cabeza.

— Nada indica que sea una mordida— revisa la herida de Jane y después le echa un vistazo a Fitzwilliam.

— Eso jamás se cuestionó— ataca Elizabeth bastante molesta.

Y por fin el molesto zumbido se desvaneció cuando Lucille atrapó la última mosca carroñera que había soltado Darcy y él simplemente escondió su arma.

Lucille se acercó a su melliza pero antes le dio las moscas a Elizabeth susurrandole un “devuelvelas tu o de lo contrario yo lo mataré”.

Así que la mayor de las Bennett dió un paso hacia delante y carraspeo frenando a Darcy cuando iba a salir de la habitación.

— Me parece que le pertenecen— sacude un poco su puño así que el hombre extiende su mano pero antes de soltarlas Elizabeth las apretujo con fuerza para después dejarlas caer sobre la palma extendida del coronel.

Así que este salió no sin antes mirar a Lucille que estaba bastante preocupada por su hermana.

[...]

Lucille y Elizabeth caminaron tranquilamente al barullo que se escucha en la habitación en la que estaban reunidos todos jugando a algo.

Así que al percatarse de su presencia los hombres se pusieron de pie haciendo reverencia, mostrándoles sus respetos y educación.

— ¿Como está ella?— se atrevió a preguntar Charles un poco apenado, pues él sabia que no demostraba mucho su preocupación.

— Ya duerme— sonrió Lucille, una sonrisa llena de alivio, y Paul no pudo evitar pensar que era la más bonita que alguna vez hubiera visto.

— Sin duda se recuperará— sonrió Paul y Lucille asintió.

— Pero por favor, acompañenos señoritas— invitó Charles mientras recorría su silla y Paul se apresuró a hacer lo mismo pero mirando a la de precioso ojos verdes.

Y Darcy no pudo sentir más que disgusto al percatarse de la atención que tenía su amigo hacia Lucille.

Sin embargo, ¿por que le molestaba? Claro era que Lucille ni siquiera se percataba del muy ligero coqueteo del hombre sin embargo a Darcy le molestaba por que él estaba cautivado por el lindo brillo en los ojos de Lucille y en su linda sonrisa.

¿Pero por que no lo quería aceptar?

Buuuuu, te asusto te asusto JAJAJA. PERDONNNNNNNNN

Pero aquí está una nueva actualización y espero pronto traerles otra y así.

Espero que les guste, los tqm. Gracias por tanto y perdon por tan poco.

— Mary 💜.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 02, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Lucille • Fitzwilliam Darcy•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora