Mil novecientos setenta y cinco, fue un año de grandes cambios para el mundo, en Vietnam se acabó la guerra. En España el dictador Francisco Franco murió acabando así su régimen. Sony invento el video doméstico Betamax, que prometía revolucionar el mercado. En Corea nada más que la Cuarta República se comenzaba a ver por la televisión, pero nada importante para una joven que se metía en su laboratorio a investigar y analizar cada parte y cada metro del profundo mar.
Lalisa era una chica lista y quería descubrir todo lo que la rodeaba y algo que siempre le llamó la atención fue el mar, azul, enorme, con grandes profundidades y misterios que la mujer quería resolver. Era tanto su ímpetu por el mar que quería descubrir cada rincón de ella si le fuera posible, y gracias a esta pequeña obsesión, Lisa había dejado muchas cosas atrás de su vida diaria.
-Excelente.-
Apuntó en su libreta.
-Estoy apunto de saber...-
Sintió como la puerta fue abierta abruptamente.
-Limario, acabo de ver que se avecina una tormenta y tu... ¿Es enserio?, ¿Piensas salir a navegar?-
Lisa levantó la vista y se encontró con su pálida amiga.
-Jisoo, no va a pasarme nada, llevo navegando desde los siete años. Sabes que mi padre me enseñó como enfrentarme a una simple tormenta.-
Esta rodó los ojos bufando.
-Sabes que mi me da igual que sepas navegar desde los siete años, lo que me importa es que no te mates en el mar.-
Lalisa río.
-Pues me gustaría morir en el mar-
Jisoo cogio un tubo de cristal.
-¡Hey! Es un tubo de ensayo con agua del mar muerto. ¡Ten cuidado!-
Jisoo la miró mal y le dio el tubo, logrando que Lisa suspire aliviada.
-No salgas, Lisa, último aviso. No salgas a mar abierto cuando hay una tormenta aproximándose.-
La amenazo, apuntando con su dedo.
-Ajá.-
Jisoo la miro por última vez y salió, mientras Lisa suspiraba mirando su reloj.
-Hora de navegar.-
A renunciado a si misma, quitándose la bata blanca para salir corriendo por la puerta trasera. Por suerte la casa que compartía con su mejor amiga, Jisoo, iba directo al mar donde guarda un pequeño barco anclado en su pequeño puerto. Subió al barco y colocó las velas en dirección al viento, fue hacia el timón y comenzó su viaje al mar. Salir de noche era un privilegio que Lisa jamás abandonaría, ver como el sol se posaba dejando una vista increíble, era lo mejor y por más que se acercara una tormenta ella no dejaría de hacerlo.
Cuando vio que era un buen sitio para observar el sol posarse en el mar, paró el timón y hecho el ancla.
-El mar está tan calmado.-
Observó tranquilamente como pequeñas olas venían, y después sintió unas pequeñas gotas de agua caer sobre ella, a lo que solo sonrió
-Jisoo me va matar si me ve llegando mojada.-
Miró por última vez el horizonte donde el sol ya desaparecía, dejando ahora una variedad de colores oscuros. Tocó el botón que hacía subir el ancla, pero este no funcionaba
-Oh, vamos.-
Volvió a presionarlo.
-Vamos, no jodas-
Esta vez estaba empezando a llover más fuerte, Lisa se puso un impermeable que siempre tenía en su mochila, rápidamente para no mojarse más fue hacia la popa y se agachó un poco para llegar a ver lo que sucedía con el ancla. Sus dedos casi la rozaban, así que dejó caer más su cuerpo hasta que por fin pudo coger la pesada ancla.
-¡Sí!-
Sonrió victoriosa e intentó ver si este se había enredado con alguna alga o se había atascado en una roca. Lisa con toda su fuerza intentó moverla, pero sintió que la lluvia le dificultaba más las cosas. De repente miró el agua y vio como de esta salia una mano que cogió la suya, el cuerpo de Lisa se congeló y cuando pudo reaccionar la mano lo hizo caer al agua. La de ojos azabache abrió los ojos, pero sabía que su vista no sería tan clara dentro del agua. Aún así pudo ver a alguien más, una mujer, Lisa miró como esta se puso enfrente suyo y la cogio de las dos manos dándose cuenta de que su propósito era ir mucho más al fondo del mar.
¿La estaba ahogando?
Miró hacia abajo y pudo ver como una cola de pez, intentó gritar pero era inútil, miró por todos los lados buscando alguna escapatoria pero solo se encontró con más colas de peces gigantes. No eran solo peces, eran la mitad... ¿Humano? Lisa comenzó a luchar intentando que el monstruo que tenía enfrente la soltara, intentaba nadar a la superficie, pero era difícil ya que aquellos tenían más fuerza que ella. Por más que intentara no podía y el aire que intentaba guardar se estaba yendo de sus pulmones. Lisa pensó en Jisoo y en cómo debería hacerle caso, pensó en su madre y padre, ¿Qué dirían cuando ella no vaya a casa por navidad? Lisa lo pensó bien y miró a esa cosa a los ojos.
"No" pensó "Suéltame, por favor"
Miró como sus manos aún eran agarradas por aquella media mujer pez
"No"
Volvió a luchar, pero aún así era imposible, ya no podía hacer nada. Lisa se estaba ahogando, ella no moriría así, cuando dijo que quería morir en el mar, nunca se refirió a esto. El cuerpo de Lisa empezó a convulsionar buscando aire por lo que intentó por última vez, pero todo se volvió oscuro y lo último que pensó fue:
"No quiero morir así, por favor, sálvame"
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