SIREN | JenLisa

CAPITULO 12

Lalisa levantó su cabeza del cuello de Jennie para mirarla. El pelo largo de la rubia tapaba la mitad de sus ojos y Lisa lo aparto, pero su mano se cruzó con un mechón negro en esa hermosa cabellera rubia.

-¿Tu hermana dijo que si ibas con ella te podía ayudar a restaurarte completamente?-

-Tu decir que estár aquí con Jisoo.-

Respondió Jennie, y Lisa se endereso.

-Es suficiente para ti.-

Jennie asintió.

-Bien, regresemos a casa. Está comenzando hacer frío.-

Lisa tomo la mano de Jennie.

-Te puedes enfermar, además ya se acerca Diciembre.-

La rubia sonrió, era verdad se acercaba Diciembre, y su cumpleaños. Jennie levantó su vista y miro hacia el cielo, como era de costumbre. La rubia comenzó a contar las estrellas y Lisa la miro sin entender, pero miro igual el cielo estrellado.

-¿Sucede algo?-

Jennie miro a la tailandesa.

-Nada.-

-Pues volvamos a casa.-

Lisa comenzó a caminar poco a poco, seguida por la rubio, que aún sonreía radiantemente. Al entrar a la casa la pareja pudo oler el increíble olor a carne recién asada, sin pensarlo Lisa fue corriendo abrazar a Jisoo.

-¡Suéltame!-

Se quejo esta, apartándose inmediatamente. Jennie sonrió al ver que Lisa hacía un puchero, al sentirse rechazada por su mejor amiga.

-Vamos, Chu, se que me amas. Hiciste carne asada, si eso no es amor, ¿qué es?-

Refunfuño la más alta.

-Hambre.-

Respondió cortante Jisoo, esta miro rápido a Jennie y comenzó a servir un plato para después dárselo a ella.

-Tienes hambre, ¿verdad? Siéntate y come.-

La rubia asintió. Jisoo sirvió otro plato para Lisa y otro para ella, las tres se sentaron en la pequeña isla del cocina.

-¡Esto está realmente delicioso, Chu!-

Exclamo Lisa.

-¿Te gusta?-

Jisoo le pregunto a la rubia, quien asintió.

-Si que no hablas mucho, ¿verdad?-

La pelinegra levantó una ceja, y Jennie bebió un poco del agua que había encima de la mesa.

-Le cuesta hablar, ese el problema. Dice las frases, pero no están bien dichas. Quiero enseñarle un poco.-

Sonrió la más alta, y Jisoo asintió.

-¿Cuantos años tienes?-

Hizo otra pregunta.

-¿Años?-