[Seis]

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Emmett aún se preguntaba el porqué el comandante Erwin le mandaba a misiones en dónde él mismo no estaba

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Emmett aún se preguntaba el porqué el comandante Erwin le mandaba a misiones en dónde él mismo no estaba.

Era consciente de la condena que tenía que vivir, y que debía de ser vigilado constantemente por las autoridades.

––Hange —la llamo a su lado, la mujer de anteojos se giro a mirarlo —¿En qué mes estamos?

—¿Preguntas eso en este momento? —le hablo la mujer acercando su rostro al del hombre serio con brazos cruzados —. No tienes corazón, Emmett.

—Faltan veintinueve días para el dichoso día —le dijo Levi mirándolo por detrás del hombre que escoltaban.

—Gracias...

El hombre miro sus pies, concentrado en lo que el capitán había dicho anteriormente. Estaba preocupado con lo del dichoso día.

Elevó su vista y atrapó la azulada mirada de Armin mirándole con preocupación. Cerró los ojos y continúo escuchando la conversación que mantenían sus compañeros.

—¿Y que haremos?

—Bueno, la muralla Rose ha sido recientemente asediada por los Titanes y ya no tengo idea de que más podría hacer yo... —explico Hange al lado del hombre que dormitaba con la escopeta entre las piernas —. Y creo que llevar a Eren hacia el lugar no sea tan buena idea...

—Entonces... ¿Por qué llevamos al sacerdote con nosotros?

—Bueno, Nick ahora es nuestro amigo y toma té de vez en cuando con Emmett... Ya sabes, ambos están en una edad complicada.

Nolan con ojos cerrados gruño y apretó con algo de fuerza el arma en sus piernas.

—Era broma, Emmett. En resumidas cuentas, el sacerdote sabía sobre la existencia de los titanes adentro de los muros y aún así el no dijo nada al respecto y hasta el momento parece que seguirá así... A pesar de la situación en la que está, parece que está decidido a qué mantendrá silencio a pesar de morir y que otras personas más también mueran.

—¡¿Eh?! ¡Qué demonios, imbécil!

Eren, quien se levantó exaltado ante el testimonio de Hange, salto casi arriba del sacerdote, tironeando su cuerpo y amenazándolo. No obstante, fue sentado en su lugar y se vio intimidado por la boca doble de una escopeta que le apuntaba.

Observó al intimidador, encontrándose con Nolan quien con un solo ojo abierto, le apuntaba únicamente con la mano derecha y sin ninguna expresión en el rostro.

—Cálmate, muchacho —hablo el hombre siendo perseguido por la mirada de la chica de bufanda roja —, no te metas en más problemas de los que estas.

Eren se calmo y Mikasa le sostuvo en el asiento aún observando al hombre, quien de nueva cuenta, cerró los ojos, descansando.

—Debe de tener muchas agallas, ya sabes, venir hasta acá solo para confirmar algo... Es curioso viniendo de un hombre como él.

The Chronicle of a Far Gone || Shingeki no Kyojin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora