🐯 HiIta Week 2022 ⚖

5°Compartir Ropa

Yuji lleva semanas intentado usar el abrigo negro de Hiromi.

No es secreto para nadie que Yuji ama la ropa grande y más en épocas invernales, cualquiera que fuera su amigo o lo conociera un mínimo sabría que el chico tiene como veinte sudaderas de distintos colores y modelos que lo verías usar a lo largo del mes. El caso es que Yuji desea fervientemente posar sus manos sobre el abrigo del abogado y crush, ya que a sus ojos la prenda debía de ser demasiado cómoda y cálida como para que el adulto no se desprendiera mucho de ella aun cuando se encontraban en una casa con calefacción.

Eran escasas las veces que lo veía colgarlo en algún perchero prefiriendo dejarlo cuidadosamente doblado sobre sus muslos o a la vista de todos, Yuji no encontraba el momento para probarse el abrigo sin ser visto por el mayor y aquello lo desquiciaba, porque no comprendía por qué Hiromi no captaba sus indirectas tan directas sobre sus deseos.

Debe ser la edad piensa, pero tanto Nobara como Megumi lo tratan de idiota apenas cuenta sus conclusiones sobre el tema.

Llega un punto donde abandona sus fantasías e ilusiones sobre vestir el abrigo embriagado en la colonia del mayor, se consuela a si mismo con el vago recuerdo cuando ambos caminaron bajo un mismo paraguas dos otoños atrás e Hiromi usaba el abrigo. Yuji está desilusionado y apenas capta el lento comenzado del invierno, así que olvida llevar ropa más cálida bajo su sudadera dando como resultado el que estuviera muerto de frio mientras esperaba el autobús a las once de la noche.

Su cuerpo temblequea por las ventiscas de la fría noche y su paciencia está alcanzando su límite, Choso y Sukuna lo matarían su pescaba un resfriado antes de los exámenes al igual que el año anterior. Yuji apenas presta atención cuando un auto se detiene en la parada.

—¿Yuji?

—¿Higuruma-san?

—¿Qué haces aquí tan tarde y vestido así?

—Acabo de salir del trabajo, no sabía que refrescaría tanto.

—Lo raro seria que no, ya estamos en invierno.

—Creo que recién me entero.

—Sube, te llevo a tu casa.

—¿Seguro? ¿No tienes otro lugar al que ir?

—Solo sube Yuji.

Yuji acepta la cortes y obligada invitación, sube al auto y se sienta al frente con el mayor. Se abrocha el cinturón de seguridad y se asegura de acomodar su mochila entre sus piernas, cuando espera que Hiromi ponga en marcha el auto se sorprende al verlo sacarse su abrigo negro y extendérselo

—Ten, para que no pases frio.

Un boquiabierto Yuji sale de su estupor y se apresura en tomar el abrigo entre sus manos, la tela es suave y cálida como la imagino además de emitir el olor a colonia tan característico del hombre. Como esperaba le queda algo grande pero siempre a preferido la ropa así e Hiromi es dos o tres tallas más que él.

—Te queda bien. —dice el mayor mientras fija su mirada al frente con una sonrisa en sus labios.

—También lo creo.