Todavía no es momento de levantarse

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En medio de la noche helada, pedí su mano y bailamos al compás de una melodía que sonaba en mi cabeza, luego soltó esas palabras que nunca me las esperaba, un simple "te amo" me tomo por desprevenido, la abracé más fuerte y susurré un me pequeño "lo sé" y seguimos en nuestro mundo donde, por primera vez, sentí la paz y el calor del amor.

El sol se filtraba por la ventana, acariciando las sábanas de la cama donde resaltaba esa bella forma que siempre voy a querer acariciar, la niebla empezaba a aparecer y el aire estaba fresco, la abracé buscando calor y comodidad hasta que ella, dormida y con un movimiento algo torpe, dio media vuelva y terminó abrazándome, todavía no es momento de levantarse de la cama.

Escritos disparejosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora