Las luces se encedieron

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Las luces se encendieron en cuanto pisé la tierra húmeda iluminando ese camino bianca.

Los fanales me dejaron ver a la muerte entrar por una ventana abierta mientras el frío invadía mis piernas por debajo del vestido blanco.

El graznido de un cuervo que espera a su amo resonó por el camino arruinado de tierra desviando mi mirada hacia él captando que lo hacía para mí.

Alas negras fue lo que vi antes de sentir unas garras en mi hombro. Se acomodó sin preguntar y lo vi limpiando sus alas sobre mi hombro, luego me miró y acarició mi mejilla con su cabeza.

Miré al frente y la muerte nos estaba mirando pero creo que solo fueron instantes.

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La niebla acompañaba mi caminar, las luces del camino se apagaban en cuanto yo pasaba por ellas acompañado de mis cuervos.

Entré por una ventana abierta sorprendiendo a la mujer en medio proceso de parto, en sus ojos se notaba que pedía piedad, pero su piedad se acabó así como lo hizo su tiempo, yo solo sigo órdenes de arriba.

El sueño la venció y me la saqué de ese cuerpo.

-Quiero darle algo -dijo la mujer mirando a su hijo.

-Hazlo -la voz salió serena y la mujer sonrió ante esto.

Le dio un beso y un conjuro susurró en su oído, sus manos se encendieron con una luz azul marino creando así, varias criaturas que lo seguirían hasta el fin de los tiempos.

Amor de madre.

Este hechizo lo he visto un par de veces pero no tan fuertes como este.

La mujer terminó y un ángel vino a buscarla.

Escuché al cuervo graznar y supe que ella llegaba, salí dejando el cuerpo de la madre frío y sin vida pero antes le di el beso de la santa muerte, al salir me encontré con ella vistiendo su usal vestido blanco que resalta los detalles de su cuerpo.

Desvié la mirada, porque no sé si es correspondido, levanté la mano y llamé a lo obscuro para cubrirme de lo visible.

En donde ella aparecía, los humanos la llamban "Ángel", "Fantasma de la noche", "Niña blanca de la vida", "Paz andante", he inclusive "Novia de la Muerte", si supieran que eso es lo que más deseo.

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Besé a mi más reciente creación y alimenté a sus criaturas azules saltarinas que jugaban a su alrededor saltando de aquí allá mientras besaba su frente, regalándole el "Beso de la Santa Vida".

Escritos disparejosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora