La mujer de cenizas

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Ahí estaba ella, en medio del bosque.

¿La razón?

Solo ella lo sabe.

Soltó un grito ensordecedor.

Levantó la mirada al cielo, ese cielo estrellado, ese bello cielo estrellado que tanto extrañaba.

Otro grito apareció, más fuerte, más intenso, más puro.

El viento apareció, las hojas cayeron y con ellas cayó la chica, rendida, completamente rendida, sin ganas de querer seguir.

Entonces, renació otro grito más fuerte pero apagado a la vez, sin embargo, vino acompañado de lágrimas, una tras otra hasta que sintió las mejillas arder. Para eso, el viento la intentó calmar y por eso, cantó unas de sus canciones escondidas en el olvido que susurraba en sus oídos.

Un destello se descubrió en la obscuridad y con él apareció la paz, las cenizas de una antigua guerra se alzaron revelando una figura danzante, de esta, aunque parezca imposible, salían pequeñas hadas de un tenue brillo azul.

-La mujer de cenizas -susurró para sí.

Flores rosadas la empezaron a envolver, creando así un vestido largo y hermoso.

Las hadas se rodearon a la chica, revoloteando a su alrededor.

La mujer de cenizas indicó que la siguiesen, las hadas empujaron de la chica mientras ella seguía a la mujer de tez grisácea.

El alba se alzaba y con ella la mujer de cenizas brillaba haciendo que sis cenizas parecieran pequeños diamantes.

Despertó en su cama, miró a su alrededor y se encontró con la mujer de cenizas a su lado.

-¿Quién eres? -preguntó mirando con curiosidad a la mujer de cenizas.

-Me conoces, soy tú. -la mujer se levantó y empezó su ronda por la habitación, admirando sus detalles -Soy tú, pero más pura. Soy las cenizas de tu batalla, soy el fuego de tu alma. -la forma traslúcida parlante cobraba solidez y color- Soy el desastre de tu corazón, soy tu amor y pasión yo soy...-la mujer reveló su forma y se plantó al pie de la cama.

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-Soy TÚ.

Escritos disparejosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora