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Cuando Zayn recogió su teléfono y vio las quince llamadas perdidas de Harry, se asusto. Se había vestido rápidamente y había llamado a su madre para que se quedara con Amir quien estaba muy dormido en su habitación, lo último que quería era levantarlo. Cuando vio la dirección que Harry le había enviado a las diez de la noche, supo que estaba todo mal cuando vio que habían pasado más de cuatro horas después de ese mensaje.

Quizo ir a su casa pero no sin antes ir a la ubicación que había mandado su ex-esposo. Al llegar, el ácido estomacal quizo salir de inmediato al ver al rizado sentado con sus manos presionando su rostro, su bolso con sus cosas regadas en la cera apenas iluminada por los faroles de luz amarillentos.

¿Qué hacía a esta hora en un lugar cómo este?

"¡Harry!" La voz ronca de Zayn captó la atención de Harry.

Su cuerpo entumecido por estar tanto tiempo sentado en cemento hizo que sus piernas temblaran. Zayn se acercó rápidamente al cuerpo del menor, tomándolo por su cadera y alisando su falda larga.

"¿Qué haces aquí? ¿Ya viste la hora que es? Maldita sea, mírate, ¿te lastimaron?" Los ojos esmeraldas sin brillo que usualmente tenia comenzaron a cristalizarse.

Zayn tuvo que agacharse para tomar las cosas desperdiciadas de Harry y guardarlas en su bolso, el cuerpo de el rizado tembló ante el toque en su brazo, siendo este el movimiento de Zayn para mirar por encima y ver la falda por la parte trasera, y desearía no haberlo hecho.

Su agarre se aflojó y sin poder evitarlo lo soltó siendo esta la razón de que Harry cayera de rodillas y comenzara a llorar más, sus sollozos de dolor sin poder evitarlo.

"H-Harry."

"¡Has que pare!" Zayn actúo rápidamente, atrayendo su cuerpo en el suyo, abrazándolo con fuerza, sin soltarlo esta vez.

Sus piernas se retorcieron, y Zayn pudo ver la línea de sangre seca recorrer y manchar su piel blanca. Pudo darse cuenta de muchas cosas, no tenia un zapato puesto, y tampoco tenía su chaqueta ya que está estaba a tres metros de ellos. Frunció el ceño sumamente confundido, pero no tenía tiempo para reaccionar cuando tenía a Harry delirando de dolor en todo su cuerpo.

Zayn no quería llorar, ¿pero cómo podría no hacerlo? Si tenía al amor de su vida agonizando de vergüenza, dolor y culpa en sus brazos en busca de protección que no pudo darle a tiempo. Se aferró al rizado con amor, envolviéndolo y sollozando en su fregona de rizos castaños.

"Lo siento tanto, mi amor, lo siento tanto." Olfateó. "Perdóname, por favor, perdóname."

Harry no dijo ni una palabra, solo lloro en su hombro, presionando su mano con la suya, probablemente dejando una marca de sus uñas en ellas pero era lo de menos.

"Vámonos, cariño, yo cuidaré de ti, vamos."

Tomó el bolso de Harry y la puso en su hombro, tomando del brazo de Harry y su cintura para ayudarlo a levantarse, pudo ver más de cerca la falda y las piernas temblorosas del rizado, queriendo que la muerte se lo llevara ahí mismo.

No soportaba el dolor de su corazón en este momento.

¿Por qué a él? Preguntó Zayn, pidiéndole una explicación demandante a Allah, respuesta que nunca llegó.

Abrió la puerta del copiloto, ayudando a Harry a sentarse y dejando su bolso en la parte trasera, beso su cabeza y cerró su puerta. Miro la chaqueta no tan lejos de el ahora y decidió ir por ella corriendo.

Al regresar abrochó el cinturón de seguridad de Harry y el suyo, presionando un beso en sus nudillos de su mano fría, una ola de culpabilidad allanando todo su cuerpo.

En el camino de regreso a casa de Harry, pudo mirarlo en cada semáforo rojo, el pobre hombre apenas había parpadeado, su rostro inexpresivo pero con lágrimas aún resbalando por su rostro hasta caer en su ropa desgastada hizo que el propio Zayn llorara a su lado en silencio.

¿Cómo podría no hacerlo?

𝗛𝗼𝗺𝗲 [✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora