Capitulo 27: Tocando la sombra a ciegas...

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Siento un aroma peculiar al despertarme, un aroma que conozco hasta en la distancia.

Me encuentro en mi habitación, en la mansión de los Kagamine. Una parte de mi se siente perdida y la otra siente una calma inmensa de estar de vuelta aquí.

Me fijo en la hora del reloj de la mesita de noche, 3:34 a.m. la luz de la luna es lo único que ilumina el cuarto. El silencio es asfixiante, es como si toda la mansión y los que están dentro de la misma vivieran siempre de luto. En los años que estuve aquí, jamás vi que se festejara un cumpleaños, incluso la misma Navidad.

Recargo mis manos sobre mi vientre, me percató que al parecer ya fui cambiada y vestida con mi pijama de la primera noche que pasé aquí. 《Teto lo más probable, se encargó 》 es entonces que siento una fuerte punzada en mi cuello.

Así como la siento se abre la puerta de la habitación con sumo cuidado, entonces lo veo, con el cabello rubio sujetado en una media cola de caballo, los ojos que tanto Evite durante 4 años, su presencia atrajo el frío en la habitación. Cuando nuestros ojos se encuentran no puedo evitar recordar sus palabras. 《No sólo es trabajo, hay algo más entre nosotros》

—. Me preocupe, disculpa. —dice y veo que da media vuelta

—. No, espera.—musito

El se detiene y me observa sobre su hombro, yo me incorporó sobre la cama recargandome sobre la cabecera, Len lo piensa un par de segundos; finalmente cierra la puerta y se acerca a mi.

—. Te desmayaste,  pensé que lo mejor era traerte aquí.—susurra sentándose en la orilla de la cama

Asiento levemente.
Es entonces que me limitó a soltar algo que yo no esperaba decir.

—¿Que eres realmente?—susurró

Veo como se tensa, entonces se acerca hasta a mi y sujeta mi mano, a comparación de la mía, su tacto es frío y me congela la piel. Len en ningún momento despega sus ojos de los míos.

—. No te entiendo, Montgomery —contesta

—. Quizá sigo conmocionada.—digo soltando un suspiro de resignación

—. Será mejor que te tomes el día mañana.—inquiere—. Ahora, descansa.

La inquietud me invade cuando lo veo levantarse, entonces me atrevo a sujetarlo de la mano.

—. No... yo...—quito la mano—¿Que...? Bueno, yo...

El me la sujeta y vuelve a la cama, sin decir ni una sola palabra, posa mi palma sobre su mejilla, sus ojos me consumen y me veo envuelta en aquel ser maravilloso frente a mi. Len Kagamine, un hombre temido por todos y con ciertas peculiaridades que no he terminado de descifrar.

—. Mañana pasa el protocolo a la nueva secretaria, ¿de acuerdo?—indica—¿Hay algo más que te inquiete?

Me quedo callada, el corazón me late tan fuerte que me es imposible pensar claro, entonces lo confieso tal cual...

—. Siento mucha certidumbre—admito y bajo la mirada mientras alejó mi mano de el—. Necesito pensar demasiadas cosas, pero también, me da la vaga impresión de que apenas cierre los ojos tu ya no vas a estar.

—¿Quieres que duerma contigo acaso? No me esperaba tal confes—

—¡No, no!—exclame ruborizada

El sonrió apenas, era raro que Len hiciera ese tipo de bromas, algo andaba mal.

—. Ve a dormir.—susurra de nuevo y me besa la frente

Es como si me estuviera consumiendo una nube intensa...

—¿Por qué siento que me estoy robando las memorias de alguien más...?—añado—¿Por que siento que le estoy quitando el lugar a alguien más?

—¿Que?

El cansancio incrementa

—¿Por qué siento que yo no soy la que debe responder a esto?

—¿A qué te refieres, ________?

Siento sus manos en mis mejillas, el me quita un par de mechones de la cara.

—. Lo he visto... En mis sueños.—dije somnolienta

La última imagen que tengo antes de quedar completamente dormida es de Len, preocupado, desconcertado y sus palabras.

—. Yo no me arrepiento de nada.

Mi novio es un vampiro (Len y tu) (+13)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora