Aymelind El Reino de Hielo

Capítulo 3. Regalo

–¿Esto es real? –Preguntó Aylín incrédula por todo lo que veía

–Tan real como tu y yo –Contestó Animur

–Insisto en qué definitivamente esto ya no es el bosque de Chapultepec –dijo Alonso sarcástico

–Señor Rey, ¿Qué es todo esto? –Preguntó Aylín qué veía con asombro cada parte del reino de Aymelind

–Esto es el Reino que yo guió y protejo –le Contestó Animur mientras la gente de Aymelind se acercaba con asombro a ver a los humanos

Los habitantes de Aymelind que estaban cerca veían de forma rara a los cuatro. Las voces podían escucharse, los habitantes hablaban entre sí sobre la visita humana.

Por su parte los chicos también estaban sorprendidos, voletaban a ver todo; las casas, los habitantes, hasta algunas partes del piso parecían hechas con hielo

–Rey Animur, ¿Quienes son ellos? –Preguntó un pequeño niño de Aymelind

–Son visitantes del mundo de afuera –Dijo en voz alta Animur –Por cierto, no me han dicho sus nombres.

–¿Nuestros nombres? –Preguntó Mauricio sin saber qué decir

–Nos puede dar una explicación sobre todo esto y luego le decimos nuestros nombres –Dijo Aylín

–Cómo gusten, siganme y les explicaré todo –Contestó Zinaloc amablemente –¡Reino de Aymelind, ellos son nuestros invitados!

Los habitantes estaban curiosos por acercarse a ver a los humanos, la voz se corrió entre el reino. Estaban sorprendidos por lo que veían.

Los chicos veían con gran asombro a todos los habitantes y el Reino que los rodeaba, había habitantes de todo tipo, con cabello blanco, negro, café, etc; muy parecidos a los humanos sólo que con una característica que notaron primero en el Rey Animur, todos los habitantes tenían un ojo color morado y otro de diferente color; algunos negros, otros azules y hasta cafés.

–Pueden preguntar lo que quieran –les dijo Animur

–Creo que la primera sería... ¿Cómo llegamos aquí? –Preguntó Aylín qué caminaba mientras veía las casas y comercios a su alrededor.

–Bueno, pues ustedes llegaron aquí por una entrada que hasta hace unos años muchos creían pérdida, por suerte la encontré y logre abrirla para ustedes –Contestó Animur mientras mordía una manzana que sacó de su bolso

–Espere... ¿Usted mandó esa puerta al bosque? –Preguntó Raúl 

Antes de que el Rey Animur respondiera a su pregunta, los habitantes se acercaron más los chicos para darles regalos, aparentemente comida.

–Visitantes, tengan esto, es mi regalo –les dijo un chico que se acercó a darles lo que parecían uvas de color blanco

–Muchas gracias -Le dijo Mauricio con nervios mientras tomaba la fruta al igual que sus amigos –Se ven deliciosas

–Deben probarlos, tiene un sabor expectacular –Les dijo Animur –Sé que no hay de esos allá afuera

–Rey, ¿Qué son? –Preguntó Alonso

–Se llaman ladanes, se cultivan sólo aquí –Contestó Animur –Prueben.

Mauricio fue el primero en atreverse a probar los ladanes, los demás estaba aún desconfiados

–Saben super ricos –Dijo Mauricio enseguida después de probarlo

–¿A qué saben? –Preguntó Alonso