Capítulo 5. Café Para Tres

3 0 0
                                    

Los reyes entraron a un salón donde en medio había una mesa de nanidio en forma de triangulo con tres sillas, Donter los acompañó para luego retirarse, cerró la puerta

–Caballeros, les pido que se sienten –se dirigió Animur a Cassab y Meylor quienes tomaron asiento.

–Animur, tu hermano me ha puesto al tanto de todo, ¿Es verdad que tu les permitiste la entrada? –Preguntó Meylor

–Sí... -Contestó al instante Animur

–¿Te das cuenta que has quebrantado el Tratado de Gurati?

–Conozco bien el Tratado, pero recuerda, su abrogación está en proceso.

–La abrogeación aún no es segura, además...

–Artículo tres, apartado primero: "Todas las disposiciones de este escrito se encontrarán en estado de suspensión en caso de disputa respecto a la vigencia del mismo. La acción no cesará hasta no encontrar postura unánime; esta última pudiendo ser positiva o negativa" –interrumpió Animur a Meylor abrupta y presuntuosamente

–Hermano, si Meylor da su voto en estos momentos la suspensión del tratado será levantada y tendrás que echarlos de aquí –Dijo Cassab mirando a Animur

–En eso tiene razón, muchacho –Dijo Meylor –Aunque aún no decido mi voto

–Meylor, solo tienes que darles una oportunidad, dejalos conocer Aymelind y...

–¡Hermano, reacciona! –Gritó Cassab y se levantó de su silla –Ellos no merecen estar aquí.

–Hermano... Tu ya hiciste tu intento, nuestros padres lo hicieron... Yo quiero hacer el mio –Contestó Animur calmado y mirando directamente a los ojos a Cassab

–En eso tiene razón, muchacho. Tus padres y tu hicieron su intento...

–Y fallamos –Interrumpió Cassab a Meylor mientras volteaba a ver a Animur –¿Qué te hace pensar que esta vez será diferente?

–Vi algo en ellos... Algo muy especial, hermano –Contestó Cassab

–Eso mismo dije yo, hermano, no quiero que te lleves la decepción que yo me lleve en aquel momento –Contestó y miró Cassab a Animur de forma más calmada

–Hermano, de verdad tengo un buen presentimiento con estos chicos

–Eso dijeron nuestros antepasados, en cada uno de sus intentos por ayudar a los humanos, en el siglo XIV, ¿Y que encontraron?, humanos rechazando su ayuda y rendidos al deseo. Lo intentaron en el siglo XIX, ¿Y que encontrar? ¡Guerra!. Y cien años después nuestros padres lo intentaron y encontraron más guerra, hermano. Yo lo intente y mi decepcion fue grande, ¿Qué lo hace diferente ahora? –Le dijo Cassab a Animur tratando de que cambiará de opinión

Hubo un pequeño silencio en la sala, y la mirada de ambos lo decía todo, ambos estaban decididos

–¿Quieren hacer de nuevo la votación? –Interrumpió Meylor

–¡Sí! –Exclamaron Cassab y Animur al mismo tiempo

–Mi voto se mantiene –Dijo Animur

–El mio también –Contestó rápidamente Cassab

Ambos voltearon a ver a Meylor en espera de si cambiaba su voto o no, Meylor únicamente se quedó pensando. Nuevamente era el Rey de la última palabra, su voto decidiría el destino de los chicos.

Al mismo tiempo en la habitación, los chicos estaban nervioso sobre lo que pasaría con ellos, lo que se hablaría en aquel salón, la compañía de Layanus les hacía bien para resolver sus dudas

Aymelind El Reino de Hielo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora