ᵏᵗ Desearía ser...

15.

La suave tela de color grisáceo cubría el cuerpo de Taehyung, dejando una sensación agradable a su paso.

Siendo sincero, no quería estar allí, no quería escuchar las palabras llenas de azúcar de la pareja de enamorados, no quería estar presente en la celebración porque sabía que su débil corazón iba a terminar más roto de lo que ya estaba.

Pero debía estar ahí, por Jungkook. Porque estaba dispuesto a sacrificar su último aliento de lucha por la persona que desde siempre amó.

Estando en aquel lugar, se sintió abrumado y nervioso por las personas que iban de aquí para allá con flores blancas y con listones grandes.

Se puso más nervioso aún cuando fue arrastrado por una mujer desconocida, quien lo llevó a una habitación alejada de todo el alboroto. Al llegar, supo de que se trataba, Jungkook no podía abrochar los botones de su camisa.

— ¡Taehyung! Taehyung, Taehyung —llamó su nombre con nerviosismo en su voz.

— Jeon, ¿Necesitas un balde de agua fría? ¿Por qué estás intentando arruinar tu atuendo?

— El botón no quiere sujetarse ¡Es más, ya se arruinó!

— Cálmate un poco, terminarás arruinando tu camisa por completo —se acercó al pelinegro y colocó los botones en sus respectivos lugares, mientras que una joven se encargó de arreglar pequeños detalles.

— He esperado tanto... y por fin estoy aquí ¿Puedes creerlo? El amor de mi vida llegará pronto.

— No entiendo como puede soportar a una persona tan torpe y descuidada como tú —se cruzó de brazos.

— Tae, no digas esas cosas o sino, lloraré.

— Si una sola lágrima sale por tus ojos se te correrá el maquillaje.

— Uy si. Mejor dejemos las rivalidades, ¿Como estás?

— Con sueño y hambre, y tu estás hecho un manojo de nervios.

— ¿Te desvelaste? Taehyung, no vuelvas a esa mala costumbre de dormir 5 horas o menos.

— No lo haré —le restó importancia y bajó su mirada— tus manos están temblando.

— Es que no lo puedo evitar, Tae. Pronto yo-

— Jungkook, estoy orgulloso de lo que has logrado en tu vida. Te has esforzado y sacrificado muchas veces para ser el gran hombre que eres ahora, camina con seguridad que tu futura esposa debe estar llegando —dijo con una sonrisa.

— Gracias por estar conmigo siempre, oso de invierno
  —envolvió entre sus brazos al castaño.

Taehyung sintió una leve punzada en su corazón, increíble.  Sus ojos se llenaron de lágrimas nuevamente sin querer llamar la atención, se dedicó a dar leves palmadas en la espalda de Jungkook indicando que debía irse. Por lo que, el pelinegro se separó y sonrió, yéndose a pasos rápidos.