Do Kyungsoo pediatra soltero estudiando para ser especialista y tratar niños con cáncer.
Kim Jongin el chico de administración, coqueto y siempre accesible, en una relación de 2 años con Jenny.Kyungsoo había terminado felizmente su postgrado en Pediatría en el principal hospital de Busan con las mejores calificaciones hace apenas un mes, viajaba cargado de ilusiones a la capital ya había sido aceptado y becado por el principal instituto de oncologia de Seúl, siempre tuvo sus metas claras desde muy pequeño, graduarse de la preparatoria a los 16 años, entrar a la universidad, estudiar medicina y graduarse antes de los 25 años, ser especialista en pediatría antes de los 30...el título llegó con 30 años y 15 días, todo iba sobre ruedas su próxima meta ser oncologo para cuidar y curar a los niños con cáncer, con esa meta fija viajaba en este momento a Seúl con su maleta llena de sueños e ilusiones.
A su llegada, se instaló en casa de su hermano, sabía que era temporal porque si había algo que ansiaba Kyungsoo era libertad, no tener que dar explicaciones, no pedir permiso.
Sus primeros días en el Hospital fueron duros, si bien no había malos tratos las exigencias eran altas para probar que era tan capaz como sus colegas graduados de la Universidad de Seúl.
En ocasiones lo sobrecargaban de trabajo pero el era felíz, estaba haciendo lo que amaba y en el lugar que quería.
Su primer golpe de realidad se lo dio su jefe el Dr. Kim Jumyeon, una paciente de apenas 3 años, una criatura hermosa, cabellos rubios y unos ojos demasiado azules pero que reflejaban dolor, tristeza y renuncia. La primera reacción de Kyungsoo al ver que la nena entró en paro fue mover cielo y tierra para salvarla y fue entonces cuando el Dr Kim le hizo la pregunta que marcaría un antes y un después en su vida... Le dijo: la niña tiene un cáncer que ha recibido todos los tratamientos posibles y no han funcionado... Dime que le ofreces si la salvas? Ahí Kyungsoo sintió que todos sus estudios para salvar la vida de niños valían simplemente nada y lloro desconsolado al entender que lo mejor era dejarla ir.