Había pasado 1 mes o tal vez más y cada uno seguía su vida Kyunsoo en su postgrado atendiendo a aquellas hermosas personitas que batallaban contra la enfermedad más terrible, y aún así siempre podían sonreír, el tiempo entre los estudios y el trabajo de medio tiempo era escaso pero aprovechaban cada oportunidad para con besos y caricias demostrarse cuanto se querían, esa noche estaban libres los dos y habían planificado ir al cine y luego... Bueno ya verían pero estamos hablando de Kyunsoo o sea la buena suerte y el simplemente no son compatibles, estaba en la peluquería arreglando su cabello, haciéndose un facial y las manos para su cita de esa noche, cuando de la nada recibe una llamada de otra colega de su trabajo de medio tiempo diciéndole que le había llegado la hija de Kim Jongin y que la nena tenía una tumoración en el abdomen que había descubierto su abuela mientras la bañaba, el mundo de Kyunsoo se derrumbó en ese momento ya lo sabía por muchos casos anteriores todas las implicaciones familiares y médicas que eso traía. Le dijo a su colega que la enviara al día siguiente al hospital donde estaba haciendo su postgrado para evaluarla y así lo hicieron.
Al día siguiente se vistió un poco elegante, un pantalón color negro algo ceñido y una camisa manga larga azul marino que le sentaba muy bien, al llegar al hospital se puso su bata blanca y ahí comenzó la actuación que si dieran un Oscar seguro lo hubiese ganado, tenía que ser profesional, su ética tenía que prevalecer más allá de todo. Que iluso fue al pensar que sería facil, llegó al consultorio y ahí lo esperaban el amor de su vida junto a la madre de su hija que ese día supo que tenía el nombre que siempre soñó con darle a su hija: Sunny. Era una nena por demás hermosa, había heredado la hermosa piel de su padre, su nariz y sus labios, pero sus ojos Dios sus ojos eran evidentemente de su madre, Kyunsoo no lo podía creer por fin tenía frente a él a la mujer de Jongin y sentía que se estaba mirando en una espejo, ella tenía su mismo tono de piel, su cabello era negro igual que el suyo, y sus ojos eran grandes y expresivos igual que los propios, el destino realmente se había ensañado esta vez. Se hicieron todas las evaluaciones pertinentes durante los siguientes días y se llegó al diagnóstico, la beba tenía un tumor renal que debía recibir quimioterapia para luego extirparlo y luego más sesiones de quimioterapia y radioterapia, todo pintaba demasiado aterrador para la joven pareja que veía la vida de su nena de 8 meses pender de un hilo. Jongin con sus ojos llenos de lágrimas tenía una mirada que suplicaba salvala y Kyunsoo pudo en ese consultorio consolar a la familia dándole esperanzas ya que aunque parezca loco que la nena aún no tuviera un año la favorecía con el pronóstico. El tratamiento debía iniciar la siguiente semana, no había tiempo que perder. La familia salió del hospital con el corazón destruido pero con esperanzas de que todo saldría bien.