Robin

412 13 2
                                    

Pedido de Mega-Z.

Hacía unos años que pertenecías a la tripulación de los Mugiwara. Te sentías a gusto con ellos. Tenían de todo, un músico, una navegante... Te fascinaron desde el primer día que los viste. Te prometiste ser pirata para llegar a entrar en su tripulación, y lo conseguiste. Todo iba bien, iba perfecto. Todos te aceptaron. Además, podías crear ilusiones. Eso les ayudaría bastante. A algún que otro chico le gustaste, pero no te interesaba ninguno. No habías ido a enamorarte. Habías ido a ser pirata. Pero... Por más que lo intentaste, no lo pudiste evitar. Te enamoraste de alguien. Y en aquellos tiempos se veía raro ver esas cosas, porque... Te enamoraste de una mujer. Y esa fue Nico Robin, la arqueóloga. Además de que compartían bastantes gustos, como leer, por ejemplo, te gustó todo de ella. Era hermosa. Te encantaba ver cómo usaba sus poderes. Era muy inteligente. Bastante callada, pero inteligente y lista. Nunca se le escapaba nada. Pero tenías miedo de que te rechazara o que alguien lo descubriera. La homosexualidad no estaba muy bien vista en aquél entonces. Pero, a pesar del riesgo que eso implicaba, decidiste arriesgarte, así al menos podías quitarte ese peso de encima.

                          Flashback

Fuiste con ella cuando estaba leyendo. Ese día le tocaba hacer guardia en el barco, los demás habían ido a ver una isla para quedarse unos días. Tenías vía libre.
- Hola Robin-san... ¿Qué tal?- te sonrojaste.
- Bien. Siéntate aquí si quieres.
- Bien- te sentaste al lado de ella-. ¿Qué estás leyendo?
- Es una novela de dos enamorados. Se llama Romeo y Julieta. Cada uno es de un bando distinto, por lo que su amor es imposible. Pero aún así se ven todos los días. Me la estoy terminando y... Tiene pinta de no tener un final bonito...
- Y lo dice la que siempre piensa de forma sádica.
Rieron las dos.
Eso, de alguna manera, te dio fuerzas para decirle lo que querías.
- ¿Sabes? De alguna manera esa novela se relaciona un poco con mi vida.
- ¿Sí? ¿Y eso?
- Yo... A mí también me gusta alguien... Pero... No puedo estar con esa persona...
Robin cerró el libro y te miró fijamente. Eso te incomodó un poco.
- ¿Por qué?
- Porque... Es... Una mujer...
- Vaya... Pero... No tienes que estar así.
- Sí... La homosexualidad está mal vista ahora mismo... No quiero que nadie se entere... Tengo... Miedo de lo que pueda pasar...
Robin te abrazó. Te sonrojaste. Su tacto era suave y cálido. El corazón te empezó a latir rápido.
- No hace falta que se entere nadie si no quieres. Algunas relaciones también se mantienen en secreto.
- Pero ese no es el único problema. Hay más posibilidades de que un chico y una chica se gusten de que dos chicas se gusten... Además... Yo nunca le gustaré a nadie... Yo...
- ¿Por qué dices eso? No te autoataques. Te haces daño a tí misma. No es bueno. Deberías intentar pensar en positivo. Verás que las cosas mejoran.
Te abrazó más fuerte. Eso, de alguna manera, te dio fuerzas.
- Y... ¿Puedo saber quién es?
- Emm... Mejor no... No creo que estés de acuerdo...
- Vamos. Somos amigas. No va a pasar nada malo si me lo cuentas.
Se separó de tí para tomarte de los hombros y hacer que le miraras a las ojos. Te sonrojaste de nuevo.
- Robin-san... Yo... Emm... Pues... Es una chica... De aquí...
Bajaste la mirada y, por el rabillo del ojo, creíste ver una pequeña sonrisa.
- Venga, sigue. Tal vez pueda ayudarte en algo. ¿Quién es?
- Ella... La chica... Es... Emm...
De repente, notaste que tu cuerpo te controlaba a tí y no al revés. Levantaste la cabeza y le diste un beso en la mejilla. Un leve tono rojizo se tiñó en sus mejillas.
- Robin-san... Me gustas tú...
De nuevo, tu cuerpo regresó a tu control, así que te fuiste corriendo dentro del barco, avergonzada.

Media hora más tarde tú te encontrabas  en tu cama, mirando el móvil, cuando Robin entró. Te sonrojaste y te giraste en tu cama para que no te viera sonrojada, cosa que no tenía sentido porque ya te había visto antes.
- T/N-san- te llamó.
- ¿S.. sí, Robin-san...?
- Quisiera hablar contigo, por favor...
Se sentó en tu cama.
Te viste obligada a incorporarte.
- Dime...
- Es sobre... Lo de antes...
El corazón se te aceleró de golpe.
- ¿Ocurre... Algo...?
- Verás...
La cortaste antes de que pudiera decir nada.
- Ya sé lo que me vas a decir... Es obvio que no. Seguramente ya tengas a tu príncipe azul y nadie lo sepa. Es ridículo que te guste alguien como yo... Es muy ridículo. Es imposible... Además, creo que ya llegué tarde... Y... Entiendo que no quieras estar conmigo... Además... Somos mujeres... Yo...
- T/N-san, ya te dije antes que da igual que hayan parejas mujeres. Somos todos iguales. Y tampoco deberías pensar así. Te autoatacas. No hagas eso. Eres mejor de lo que crees. Siempre te he admirado. De verdad. Me encanta la forma que tienes de hacer las cosas. Siempre eres amable con todo el mundo. Aunque alguien te haga daño, le das una segunda oportunidad. Pero no más- rió-. También tienes tu parte enojona. Adoro verte así. Te ves bastante adorable. Y me gustaría que supieras... Que antes me diste qué pensar. La forma en la que me diste ese pequeño beso... Me dio esperanzas... T/N... Quiero que sepas esto... Para que estés segura de lo que quieres hacer. No has llegado tarde. Aún estás a tiempo de... Poder tenerme contigo. Yo...- puso su mano encima de la tuya-... También me gustas, T/N-san. Mucho. Yo creía... Que nunca llegarías a fijarte en alguien como yo. Pero... Lo que me dijiste antes... Me dio fuerzas para venir a decirte esto. Por eso... ¿Te gustaría estar conmigo...?
Te quedaste por unos momentos como flotando en el aire. Llevabas mucho tiempo enamorada de ella y que te dijera eso te llenaba de algo que no podías describir. Realmente deseabas estar con ella para toda la vida.
Robin, al ver que no contestabas, te movió un poco.
- ¿T/N? ¿Estás bien...?
Volviste a la Tierra.
- ¿Eh? Sí... Sí... Estoy... Bien...
- Entonces... ¿Que me dices...?
Os mirasteis unos segundos, y a partir de ahí no hicieron falta palabras para expresar lo que ambas sentían.
Robin te puso su mano en tu mejilla y se fue acercando a tí. Y os besasteis. Fue un beso largo, apasionado. Las dos estaban sonrojadas. Después de eso, de quedaron abrazadas.
- Sí quiero estar contigo, Robin-senpai- fue lo único que dijiste.

                     Fin del flashback

Ahora han pasado 4 años. Llevas una vida al lado de tu mujer bastante buena. Vivís en una casa felizmente. Estáis tan enamoradas como antes. Tal vez más. El día en que los de la tripulación se enteraron de vuestra relación no pasó nada malo. Al contrario. Os felicitaron. Cuando llegasteis a la ciudad encajasteis muy bien en la sociedad. Estás trabajando de actriz en un teatro, y Robin es bibliotecaria.
Robin había salido un momento a un sitio, según te había dicho, y no tardaría mucho en volver.
En eso se abre la puerta, es ella.
- ¡T/N-san ya estoy aquí! ¡Siento el retraso!
- No importa- te acercas a ella y le das un beso.
- Tengo que hablar contigo.
- ¿Ha pasado algo...?
- Bueno... ¿Te acuerdas de aquella vez que me preguntaste si quería tener una familia?
- Sí... Y me dijiste que no te sentías preparada.
- Me dijiste de adoptar pero aún así yo no quería.
Asientes.
- Buen pues... Llevo mucho tiempo pensándolo y...
Se saca unos papeles del bolso y te los enseña, sonriente y sonrojada.
Los lees. A medida que lo haces tus ojos se humedecen.
- Robin-san... ¿Enserio...?
- Sí.
- Pero... Porque yo quiera no tienes por qué querer tú... Yo no te puedo obligar a nada...
- No. Lo hago porque ya me siento preparada. Adoptemos a un niño, T/N-san. Estoy lista para tener una familia.
Sin pensarlo dos veces te echas a llorar y la abrazas inmediatamente.
Ella te acaricia la espalda con cariño.
- Robin-san... Es la mejor noticia que me has dado en la vida... Gracias...

Espero que te haya gustado y perdón por la demora😅😘😘.

One shots (One Piece x T/N)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora