chapter thirteen

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─¿Quieres explicarte de una vez?

Habían llegado a su hogar y Jessica estaba atosigándola con preguntas, cuando ella sólo parecía capaz de mirar al infinito replanteándose su existencia entera.

─Para cuando estés dispuesta a hablar, estaré en la cocina.─La segunda de las hermanas Williams se había cansado de esperar una respuesta por parte de la otra, y se levantó de la cama con un suspiro.

─Espera.─Contestó Elizabeth con un hilo de voz.

Dicho esto, Jessica volvió a sentarse.

─Cuando salí de Hell Awaits con Euronymous─Continuó la pelinegra.─Le dije que quería tomar el aire con él. Había estado toda la noche mirándolo y por algún motivo era cada vez peor, tenía ganas de estar a solas con él. No sabía lo que estaba pasando, yo...

Su hermana le pasó un brazo por los hombros en señal de apoyo.

─¿Te hizo algo?─Preguntó en un tono casi tétrico, adelantándose a cualquier cosa que tuviera que decir la contraria.

─No, pero tengo este... sentimiento de culpa. No me abandona.

El cerebro de Jessica iba a mil por hora intentando averiguar por qué su hermana estaba tan afligida.

─Fue mi culpa. Estos días he querido ignorar a Pelle, tanto que se me fue de las manos y-

─Mira, si todo esto es por culpa de un hombre, páralo. No puedes sentirte culpable por estar con otra gente, si ni siquiera sois novios, ¿verdad?

─No es por él, es por mí. He estado intentando refugiarme en mí misma y no he sido capaz de aceptar que estoy enamorada de Dead, Jessica. Por eso estoy actuando como una completa gilipollas. Esto ha sido el colmo, creía que quería estar con Euro, pero ahora no sé si lo tengo todo aclarado o aún más confuso que antes.

─Olvídate de él hasta que estés lista, no intentes forzar tu mente y llevarlo todo tan rápido. De momento intenta descansar, iré a limpiar un poco la casa, para cuando vuelvan mamá y papá esto no puede estar así.

Dicho esto, Jessica le tendió un par de mantas a la de pelo azabache y salió de la habitación, apagando la luz tras de sí.
Todo lo que había dicho era verdad hasta cierto punto, y todo ese asunto no la dejó dormir hasta bien entrada la madrugada, cuando escuchó a su hermana hablar por teléfono con alguien.

Fue abriendo los ojos despacio, con cautela para no cegarse con la luz proveniente de la ventana. Tras unos segundos así, quedó sentada en el borde de la cama con las manos aferrándose fuertemente a las sábanas. Algo dentro de su cabeza no la dejaba despertarse del todo, y eso eran probablemente las escasas fuerzas que poseía para afrontar un nuevo día en su nueva y desquiciada vida, que, a pesar de poder ser peor, también podría ser mucho mejor. Especialmente teniendo en cuenta la apresurada llegada de sus padres, que no tardarían más de una semana en volver.
Decidió levantarse en un arrebato de energía pero se arrepintió casi al instante; un fuerte dolor de cabeza la inundó con la velocidad de un rayo. No se había parado a pensar en la fuerte resaca que obviamente iba a tener. En ese momento, todos los recuerdos confusos de la noche anterior se agolparon frente a ella, abrumándola. Intentó no reparar más en ello y buscó ropa cómoda para estar por casa en su armario; unos pantalones negros de licra y una camiseta de Sepultura aparecieron para socorrerla. Sin embargo, se obligó a añadir una chaqueta a su conjunto debido al frío.

Después de aquella pequeña preparación mental, salió de su cuarto y vio a su hermana colgar el teléfono.

─Buenos días.─Habló Jessica en un tono más alegre de lo habitual.

WOMAN OF DARK DESIRES → pelle ohlinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora