Prólogo

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"¿Acaso estaba loco? ¿Por qué dije todas esas cosas? ¿Por qué no lo ataqué?" Tales oraciones interrogativas atosigaban la mente y corazón de aquel cuervo granjero. De la nada, cuando estaba remodelando sus murallas, se le vino a la cabeza todas las veces que había sido atrapado mentalmente, por los coqueteos e insinuaciones de ese búho picaflor.
En un principio, era algo que ignoraba o le daba igual, pero el día en el que descubrió todas las cosas buenas que hizo por él, como el bloque de diamante, los regalos y toda la ayuda que le daba para hacer atentados, lo confundieron.

Cada que lo veía o sentía cerca suyo, no podía evitar tener las mejillas rojas y los ojos tan brillantes como perlas, gracias a su máscara, no era posible ver tal cosa.
Buscaba una que otra cosa para poder estar alado de su nunca cercano, amor de su vida. Había momentos que Fargan simplemente tenía más cosas que hacer, o que no estuviera presente, hería los sentimientos de el señor terrible, sin poder darse cuenta.

Al mencionado no le gustaba ver a su enamorado secreto coqueteando con alguien más, o queriendo conseguirse un ligue con las chicas que eran del extranjero, le dolía demasiado las veces que venía su amado le contaba con cuántos hombres y mujeres se había acostado en sus viajes, hacía como si no le importara, pero debajo de esa máscara, maldecía por no ser una de esas personas que se habían adueñado alguna vez de ese búho explosivo.

El patatero había logrado con éxitos muchos logros para poder estar con aquel narcisista, como el ofrecerle un techo, junto a su casi hijo 8cho, haciendo que la casa se sienta la vibra familiar, también le daba regalos, tal como un búho mascota y una propia casa para Fargan, parecía que esos dos se comían hasta el morro en la vista de una tercera persona. Pero no.
El búho tenía su propia vida, Focus lo sabía, se aventuraba a muchos lugares, no le gustaba estar en un mismo lugar siempre, menos con una misma persona, bueno, así lo piensa el chismoso, jamás se atrevió a tratar de preguntarle algo tan personal como eso, es como si no supiera nada de la persona que sueña todas las noches.

—Focus, ¿Me estás escuchando?— Preguntó finalmente el búho, moviendo su mano de un lado a otro, en la cara del contrario. Le tardo segundos reaccionar que sus pensamientos carcomieron todo su ser, y peor aún, estando con Fargan.

—Ah, sí, sí, hombre, que te escucho.— Dijo, disimulando aquella vergonzosa escena, era obvio que no le prestó atención, si hasta asintió cuando Fargan le dijo y preguntó "Y entonces ella me dijo que era un mojón atascado en el vater de un baño público, ¿Eso es verdad?"

—Como digas. Bueno, entonces ví otra chica aún más linda, joder, hubieras visto esas nalgas, puede aplastarme con esas en mi cara toda mi vida, Dios, debí haberle pedido su número, ¿No crees, cuervito?— Eso último fue extraño, pero para el que estaba escuchándolo no, era lo más normal del mundo, aún así, eso no lo hace sentirse bien, nada bien.

—Fargan, ¿Planeas tener una relación seria algún día?— La cara de Fargan era como ver fijamente un punto de tu cuarto sin luz, habiendo visto algo que se movía. Quedó perplejo, ¿Cómo había preguntado eso de la nada? Solo faltaba que le dijiera que le gustaba, eso estaría mejor.

L-Lo siento, no debí haber preguntado eso, terrible, vale, olvidemos esto.—Se levanto de dónde estaba sentado, en esa cómoda cama del búho, en la que anhela dormir tanto a su lado. Pero sintió un ligero agarre en su muñeca, había sobresaltado, tragó saliva, sin saber que poder hacer, sus alas de cuervo se abrieron un tanto, asustando al búho, pero no lo suficiente para soltarlo.

—¿No me quieres decir algo importante?—Ya Fargan se había levantado y acercado lo suficiente al menor, como para entrelazar su mano con la de él, para que así, fuera más difícil soltarse, algo ya había sospechado desde el principio, y necesitaba un "no" o un "sí", para poder saber cómo hacer su siguiente paso.

𝑻𝒂𝒏 𝒊𝒈𝒖𝒂𝒍𝒆𝒔 𝒚 𝒕𝒂𝒏 𝒅𝒊𝒇𝒆𝒓𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔 - [ᶠᵃʳᶜᵘˢ] [CANCELADA 😔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora