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[Escrita con premura en el puerto, emborronada por la humedad del agua salina y las lágrimas que cayeron sobre la tinta]

Plymouth, Inglaterra, 12 de junio de 1945.

Amor mío:

No puedo acostumbrarme a vivir en un mundo sin ti. Ha pasado un mes desde que nos llegó la carta con la noticia de tu fallecimiento, y aún hoy, sigo sin poder creerlo. Nunca me mentiste. Nunca rompiste una promesa, ¿por qué ibas a hacerlo ahora, cuando la guerra ya ha terminado? Pese a lo que dicta la lógica, seguiré acatando a los deseos de mi corazón. Permaneceré fiel a nuestra promesa y esperaré tu regreso, porque juraste volver, y creo en tí más que nadie en el mundo. Sin embargo, hay muchas personas queridas por nosotros que se oponen a esta decisión.

Zeldris está destrozado, por mucho que intente ocultarlo. Volvió del infierno en Rusia sólo para enterarse de tu muerte y, de no ser por la ayuda de Gelda, probablemente no habría logrado sobrevivir a la tristeza. Ella es una buena mujer, seguro tú la aprobarías. Su historia de amor te parecerá maravillosa una vez que regreses y pueda contártela en persona; hay tantas cosas que quisiera contarte.

Pero volvamos a tu hermano. Tras su indulto, lo devolvieron a mí en silla de ruedas con pocas o nulas esperanzas de vida. Supongo que creyeron que lo más humano era dejarlo agonizar en paz. Ilusos. No sabían que yo era demasiado terca como para dejarlo morir, y él, demasiado fuerte como para rendirse. Todos los rencores entre nosotros han sido olvidados y, ahora que se convirtió en el hombre de la casa, ha decidido hacerse cargo de mí y arreglar todo para que la familia también vaya a Norteamérica. Pero me niego a ir.

Hay otros que también han intentado que deje Inglaterra con argumentos más dulces. Mi amor, Herr Gowther está vivo. Lo está, y me hizo insoportablemente feliz saberlo y poder volver a verlo. Sin el conocimiento de nadie logró casarse con mi prima Nadja quien, con grandes esfuerzos, ha conseguido rastrear al resto de mi familia hasta Nueva York. Ella me contactó por carta hace solo unos días pero, pese a saber que mi padre y mis hermanas tal vez están esperándome del otro lado del mar, no me atrevo a poner un pie en el barco que ellos prepararon para mí. No, si tú no estás en él.

Sin embargo, hay un último argumento para irme que sí hace tambalear mi voluntad. Cariño, Diane está embarazada. King quiere viajar a Estados Unidos con su hermana antes de que esté demasiado avanzada pero, incluso si parte ahora, la anemia es un factor que la pone en riesgo a ella y al bebé. Ha estado bien hasta ahora con mis cuidados pero, ¿podría lograrlo sin mí? Si me quedo y ella empeora, ¿podrás perdonarme por no llegar a conocer a su hijo? ¿Podrás perdonarme si me voy ahora?

Por favor Meliodas, vuelve pronto. Mi vida, mi todo, mi amor. Vuelve antes que el barco se vaya, vuelve para que podamos mantener nuestra promesa. Porque si no es así, seré yo la que irá a buscarte. En esta vida o en la otra, nos volveremos a ver.

Te ama eternamente: 

Te ama eternamente: 

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Nuestra Promesa - Especial de San Valentín 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora