[Escrita desde la nueva casa familiar, dieciocho años después de los últimos hechos narrados].
Boston, Massachusetts, 24 de noviembre de 1963.
Cariño:
¿Cómo va todo por allá? ¿Te la estás pasando bien en el internado? Yo creo que sí, teniendo a tus inseparables compañeros de aventuras junto a ti todo el tiempo. Da un beso a Lance y a Percy de mi parte por favor, y comparte con ellos las galletas que anexo a la carta. Solo espero que no te pases de travieso y que, si caes en tentación de serlo, recuerdes que un Dämon siempre es un caballero honorable.
Hay que ser responsable sin dejar de divertirse así que, si acaso llegas a tener dudas sobre lo que es correcto y lo que no, recuerda que siempre puedes preguntarle al profesor Dreyfus, quien te aprecia mucho, y quien no dudará en enviarme una carta por si las cosas se salen un poco de control; al parecer, como ocurrió en esta ocasión. Me sorprendió mucho escuchar que te habías peleado. Ya sé que afortunadamente el incidente no pasó a mayores pero, ya que pareces tan angustiado por lo que te dijeron esos chicos, permite que te aclare la duda que me escribiste en tu última carta .
Tristán, tu padre no era un nazi. Es verdad que fue un soldado alemán, y también que peleó en la guerra para ambos bandos, pero él jamás cedió a la oscuridad que devoró a su nación. Déjame darte algunas evidencias de esto: durante su trabajo de inteligencia como agente doble, ayudó a escapar a más de ciento seis mujeres de los campos de concentración; ayudó a cuarenta y un pelotones a realizar significativos avances en misiones de rescate, y salvó a decenas de refugiados que, de otra forma, hubieran sucumbido en sus escondites; ayudó al ejército aliado a terminar con la guerra y, aún si eso significaba darle la espalda a su país, entregó su corazón por el bien de todos.
No sé de dónde sacaron eso los muchachos de tu escuela pero, si acaso llegan a molestarte otra vez, di que eres hijo del gran traidor, del héroe de guerra, del famoso capitán Meliodas Dämon. Debes estar muy orgulloso de tu apellido, mi amor. Tanto como tu padre y yo estamos orgullosos de ti.
Ahora, sobre este último punto. Papá manda decirte que, si puedes evitar la pelea, lo hagas, pero que no olvides las llaves de lucha que te enseñó. Por supuesto, yo estoy completamente en desacuerdo con que tus discusiones lleguen al punto de lo físico, pero como supongo que a veces es inevitable que cosas así pasen cuando defiendes lo justo, creo que me resignaré. Te pareces demasiado a él. Y comprendo que ustedes tengan sus secretos de hombres pero, por favor, solo no dejen que me entere cuando la pelea sea grande.
Meliodas prometió hablarte sobre cómo se salvó, conoció al mayor Escanor, y fue rescatado por la coronel Merlín cuando su escuadrón finalmente fue capturado. Y ya que también pareces estar muy interesado en el tema, sí. Prometo contarte cómo es que él y yo nos conocimos, nos enamoramos, y nos volvimos a encontrar cuando terminó la guerra. Oh, cariño, ¿acaso hay una chica que está haciéndote reflexionar sobre el amor? Te diremos todo cuando vuelvas a casa por las vacaciones de invierno, ¡ya nos sentimos ansiosos por verte! Ban, King, Gowther, tu tío Zel, el abuelo, y toda la familia, estamos listos para recibirte. Esta Navidad será maravillosa. Nos vemos muy pronto, mi cielo.
Te aman siempre:
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Nuestra Promesa - Especial de San Valentín 2022
Fanfic¿Pueden unas simples cartas mantener unido lo que el mundo entero intenta separar? En plena Segunda Guerra Mundial, una joven intenta que el lazo con su amado no se rompa, mientras él lucha por no doblegar su espíritu en medio del sangriento campo d...