No entendía del todo porque se quedó cerca de ellos durante un buen rato más para escuchar lo que estaban diciendo. Aunque mentalmente se regañaba a sí misma por ello, ya que al hacerlo, existía la posibilidad de que la vieras y la reconocieran.... Cosa que rezaba porque no sucediera.
Sacudió su cabeza ligeramente, necesitaba pagar la comida lo antes posible e irse a las clases que le quedaban y sobre todo evitar que ellos la vieran.
Por suerte la fila para la caja no era demasiado largo y cuando ellos se colocaron en la fila, había unas tres personas después que ella.
Se apresuró a pagar, su celular comenzó a vibrar con algo de insistencia de seguro se trataba de Kyomi para saber cual es el paradero de su amiga... Una vez que saliera de la tienda la llamaría sin falta para que no se preocupara demasiado.
No pudo evitar pasar al lado de ellos una vez que pago y deseaba ir hacia la salida, algunos de la fila comenzaron a hablar entre ellos, diciendo que deseaban sacarse una foto con ella o tener un autógrafo pero que no tenían el valor suficiente para ello.
Chasqueo la lengua con un poco de incomodidad, nunca podía estar tranquila en ninguna parte y en ninguna hora del día.... Provocando que aquella sensación de asfixia aumentase cada vez más.
Dobló en una esquina para tomar un pequeño atajo para ir a la escuela, no tardó en maldecir al ver como tres sujetos se encontraban en medio del camino fumando y charlando escandalosamente. Para su desgracia debía pasar por allí o llegaría mucho más tarde a sus clases y no deseaba eso.
Uno de ellos no tardó en verla, se formó una amplia sonrisa en su rostro y le dió un ligero toque a sus amigos para que también la viesen.
—No deberia estar sola una chica guapa sola por las calles.
—Estamos a plena luz del día, no me molesten.
Rose frunció el ceño bastante molesta mientras se llevaba a la boca uno de los bocadillos que había comprado minutos antes. Uno de ellos la iba a sujetar del brazo, pero la pelinegra fue más rápida y le dio un puñetazo en el rostro para alejarlo, como también para que le dejara tranquila.
—Primer y único aviso, déjenme en paz.
Antes de que pudiese dar otro paso, uno de los otros chicos la sujeto con fuerza de la muñeca para detenerla, no iban a permitir que ella se fuese del lugar tan fácilmente y ahora seria más difícil para ella lograr escapar. Su paciencia poco a poco estaba llegando a su limite, ¿Acaso siempre iba a estar rodeada de problemas y siempre vendrían por los hombres?
Sin mucha dificultad se soltó del agarre del otro chico, no deseaba tener que forzar su voz para tener que sonar ahora como Rose, la líder de los Blood Rose y mucho menos que alguien la llegase a grabar peleando en al calle. Eso significaría un fin en su carrera de modelo, como también posibles problemas en su escuela y sobre todo.... Con el idiota de su padre, ya que el dinero que ella lleva a casa se perdería, no podría pagar el maldito alcohol de ese sujeto y mucho menos sus estudios.... No podía darse el lujo de ello.
—¿No se dan cuenta que ella no desea nada con ustedes?
Todos inmediatamente desviaron su mirada al chico que había hablado, la mayoría de ellos no pudo evitar reír por quien les estaba hablando, ¿Cómo iban a tomar en serio a un chico bajito y que siempre posee un rostro que demuestra sueño gran parte del día?
—Niño deberías estar en el jardín de niños tomando tu siesta del día.
—No deberían hablarle así al líder de la Tokyo Manji.....— Rosella retrocedió un poco para no verse envuelta en lo que iba a suceder pronto.
—¿Él líder de la Tokyo Manji? No nos hagas reír mujer.... Ese pequeñín con suerte sabrá ir al baño.
Rosella no pudo evitar comenzar a reírse por ello, de verdad que estos chicos estaban cavando su tumba cada vez más profunda sin saberlo, por las tonterías que ellos estaban diciendo. Ahora era Draken quien se acercó de forma amenazante a los chicos, no iba a permitir que insultaran delante de él a uno de sus amigos y sobre todo al líder de su banca.
Uno de ellos no tardó en reconocerlo por el tatuaje en el lado izquierdo de su cabeza, intentó retroceder pero una patada de Mikey lo derribo en cuestión de segundos, antes de que los otros corrieran Draken le dio una patada en el abdomen y Rosella hizo que el último tropezara para que así el rubio más alto terminara de darle un puñetazo.
—¿Te encuentras bien?
La de cabellos negros les dedico una mirada sería, si no estuviese con la peluca y con el uniforme podría haber noqueado a esos chicos con facilidad, pero por desgracia debía controlarse demasiado.
—Si lo estoy, no era necesario que intervinieran.
—A veces los chicos de por aquí pueden llegar a ser unos idiotas, ¡No podíamos quedarnos de brazos cruzados!
—Mikey.... No tienes mucho derecho a decir eso.
Rosella no pudo evitar reír por lo dicho, como también por el gesto que el más bajo de los tres realizo intentando darle algunos argumentos a su amigo.
Aprovecho aquella distracción de ambos para comer a alejarse lo más silenciosa posible, no deseaba estar mucho tiempo con ellos para que no la llegasen a descubrir.... Necesitaba perderlos de vista.
El comandante de la Tokyo Manji no tardó en darse cuenta de que ella se estaba alejando, troto un poco para llegar a ella siendo seguido por Draken quien giraba los ojos y caminaba mucho más lento, no necesitaba apresurarse demasiado para alcanzar al menor.
—¡Oye no es correcto irse de esa manera! Te hemos ayudado.
—Primero, yo no pedí la ayuda de nadie... Segundo debo ir a clases, ya perdí gran parte de ellas y no quiero volver a repetir el año.
—Alguien tiene malas notas....
—De seguro son mejores que las tuyas Mikey.....
Una vez más los dos chicos comenzaron a discutir, una vena se marcó en la frente de ella. Por esta vez dejaría que Mikey pensará que era por eso, aunque la verdad es que había repetido por inasistencia....
Suspiro frustrada y ahora apresuró aun más su andar, no deseaba perder más el tiempo y su celular no dejaba de vibrar, de seguro se trataba de Kyomi preguntándole en donde se encontraba.
Nuevamente sería un día bastante largo....
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Blood Rose [Draken x Oc]
FanfictionMuchos piensas que las rosas son delicadas, se marchitan con facilidad... Pero aquella rosa roja demuestra todo lo contrario. Teñida de sangre grita mientras sigue luchando, se mantiene de pie apesar de las heridas. -Las rosas también hacemos daño.