Cuando por mi puerta apareció aquel chico, me sorprendió. Yo nunca he visto al señor Xiaogu, pero sabía que ese no era él. Es un chico muy joven, en sus veinte y de facciones delicadas, casi parecía una chica. Iba vestido elegantemente y se destacaba de sus empleados. Tenía un semblante serio e indiferente. Me atrevería a decir que este chico no sabe cómo sonreír. Ja, puede vestirse todo lo elegante que quiera y poner la cara que quiera, pero eso no va a encubrir su poca experiencia. A pesar de sus ropas, llevaba su negro pelo estilizado con un corte wolfcut y desaliñado. Eso demuestra que es su primera vez a solas cerrando un contrato de barrera. No comprendo por qué el señor Xiaogu ha mandado a tal niño solo, en vez de venir él mismo. Su nombre es Noah, al parecer es el hijo del señor Xiaogu. Supongo que "papi" estaba muy ocupado como para molestarse en asistir, así que mandó al niño privilegiado. Bueno, no pasa nada, no me voy a molestar por eso. Es más, tal vez pueda conseguir hoy una mercancía bastante cara. Sin dudar me pone los papeles delante y me explica todo lo que ya me habían dicho antes. Ni que fuera tonto. No me trates como a un crío. Este chico es un irrespetuoso. Pero claro, eso no lo voy a decir en voz alta, en su lugar sonrío.
- Con gusto lo haré. - Tras decir esto me acomodo mejor en mi asiento, lo que le da a mi subordinado, colocado detrás de él, la señal para que se prepare para derribarlo. Veo que este se mueve dos pasos pequeños y bien disimulados y continúo con mi charla. - Pero ¿sabe qué? A mí me gusta hacer las cosas un poco más... divertidas. - Sonrío. Me gusta cuando los juegos salen bien. - No sabía que el señor Xiaogu tenía un hijo con un rostro tan delicado. - Veo como sus ojos se afilan por un segundo. Ups, lo he hecho enfadar. Y eso me gusta.
- Le aviso desde ya que si su intención es otra que la de cerrar este contrato aquí y ahora, usted y sus subordinados pueden acabar muy mal, sobre todo el que se acaba de mover detrás de mí unos centímetros. - Su respuesta me sorprendió. No creía que fuera capaz de darse cuenta. No, no debería haberse percatado ni un segundo. ¿Cómo lo ha sabido? Lo vuelvo a mirar de arriba a abajo. Este chico va a ser un dolor en el cuello. Parece inexperto, pero emite un aura de peligro enorme, ahora me doy cuenta. Decido dejar el juego por hoy.
- Tranquilo chico. Ya firmo. Mira ¿Ves? - Le digo sin dejar de sonreír y procedo a hacerlo. El chico recoge todo segundos después de yo terminar. Se levanta, guarda su pistola y se dirige a la puerta. La abre, se para, me mira con superioridad y me dice una sola frase.
- Ah, sólo para que lo sepa, el tipo de juegos que yo juego, usted no los aguantaría. - Se va sin decir nada más.
- ¿Pero quién se cree que es? - A mí nadie me habla así, soy yo el que les habla así a los demás.
- Señor. - Kenton, mi mano derecha se acerca a mí. - ¿Quiere que investiguemos sobre este sujeto? - Me dice en voz baja. Golpeo con fuerza la mesa.
- ¡¿Te hace falta preguntar?! - No voy a quedarme de brazos cruzados mientras ese niño se burla de mí. En esta ciudad yo soy el que tiene la última palabra.
- Noah... - Recordaré tu nombre.
Cuando Kenton se va con otros dos hombres a investigar yo decido mandar a los demás a retirarse del territorio de Noah. Sigo siendo el que manda aquí, pero no soy tonto. No voy a arriesgarme a empezar una guerra con el señor Xiaogu. En cuanto se van me quedo solo y aprovecho para darme una ducha y llamar a mis negocios en las calles del centro para comentarles la situación y decirles que mantengan un perfil bajo. Llamo uno por uno a mis subordinados exigiendo información de nuestros clientes cuando, sin haberlo planeado, recibo una llamada del último local que me faltaba contactar. Una de nuestras chicas se ha escapado en medio del trabajo. Joder, tenía que pasar esto justo hoy. Primero soy tratado así por un niño menor que yo y ahora las chicas se creen con derecho a desobedecerme. Por lo que tengo entendido la chica no era de las más valientes, es imposible que se haya escapado sin ayuda. Les digo que la busquen y cuelgo. Voy a mi habitación y me pongo uno de mis trajes negros y salgo de mi casa. Me dirijo al local e inmediatamente después de entrar noto un ambiente de preocupación, lo que hace que me hierva la sangre. Puedo ver claramente que tienen miedo de que me enfade, lo que significa que algo más ha pasado. Se acerca a mí el encargado.
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Toxic blood
RomanceUn chico mentalmente inestable. Un hombre al que no le gusta perder. Estos dos son los factores de una prohibida ecuación. Pero, que esté prohibida no siempre significa que esté mal ¿no? Noah Xiaogu es un chico de 22 años que se ha pasado su vida cr...