Estaba patrullando mis calles y todo iba perfectamente. Los negocios van bien, los clientes están contentos... Parece que este día va bastante bien. Lo que significa que algo lo va a estropear. Y como si lo hubiese invocado, Kenton me llama. Le contesto.
- ¿Qué pasa ahora? -
- Señor, esta mañana se ha visto al chico comprando en tiendas de ropa femenina. Sabemos por qué zona vive. ¿Desea que le mandemos la información? - ¿Ropa femenina? Así que tiene a la chica...
- Hazlo. - Cuelgo e inmediatamente me llega el mensaje. - Creo que voy a ver el terreno de juego.- Guardo el móvil y me pongo en marcha.
Llego a la calle, pero en el mensaje no pone la dirección exacta, así que me paseo por ahí observando bien las casas. Al final veo una más grande y alejada de las demás. Debe ser esa. La rodeo y analizo. Parece que al niño le gusta el estilo japonés y las barreras. Veo que el portón se está abriendo y decido marcharme. No quiero que me vean merodeando la casa. Me voy a la mía.
Llego y en el salón está Kenton esperándome. Yo me siento y él me pone un whisky.
- Estoy seguro que ese chico tiene a mi chica en su casa. Es nuevo aquí y por mucho que su papi sea poderoso, no creo que haya encontrado otro lugar para esconderla. - Me tomo el whisky de un sorbo y Kenton me prepara otro.
- ¿Desea que entremos y la tomemos nosotros por la fuerza? - Me pone el vaso de whisky en la mesa.
- No, déjalo. No voy a entrar a esa casa sin conocerla. Debes aprender a tener paciencia Kenton. Las cosas tienen su momento y lugar. - Sin dejarme tiempo a decir algo más, las puertas del salón se abren de par en par. Es ese crío. ¿Cómo ha entrado sin que me enterase? Dirijo una mirada confusa a Kenton y este me mira de la misma forma. Puedo ver que no tiene ni idea. Kenton pasa a mirar al hombre que estaba más cerca de Noah y éste va hacia él para pararlo. Con una sola mano le retuerce la muñeca. ¿Es que tengo que hacerlo todo yo? Voy hacia él y me paro a una corta distancia, demostrando que yo no le tengo miedo. Ya entiendo, sabe que conozco su dirección. Aunque se ve que no sabe por qué. Le pido amablemente que suelte a mi empleado, el cual se va casi llorando. Patético.
Al final acabamos teniendo una conversación que parecía más una guerra de cuchillos. Él se va, no sin antes darme una advertencia. ¡Cómo odio que haga eso! Vuelvo a mi vaso y me tomo el whisky. Inmediatamente después lo lanzo contra la pared.
- ¡JODER! - Kenton manda a uno de los hombres a recogerlo. - Puto niñato, estoy harto de que me dé órdenes. Debo hacer algo para que aprenda a respetarme. Se cree el rey sólo porque su papi es el jefe de la mafia. ¡Y a mí qué! ¡Me da igual! -
- Señor. - Kenton se me acerca con cuidado y pone una mano sobre mi hombro. Yo me giro, tiro de ella hacia abajo con una mano y le pongo la punta de mi pistola en la barbilla.
- ¿Qué quieres? ¡¿Acaso no has aprendido que no debes molestarme cuando estoy enfadado?! - Él ni se inmuta.
- Lo sé, señor, pero si quiere yo puedo ocuparme de esto. Sólo tiene que ordenarlo. - Dejo de apuntarle y me tranquilizo un poco.
- ¿Y cómo lo harías? - Me acomodo las ropas. Él se endereza.
- Como usted quiera, señor. Puedo mandar a nuestros hombres a su casa a destrozarla y recuperar la mercancía. También puedo, si quiere, ocuparme yo mismo y traerle el cuerpo del chico sin vida como premio... -
- ¿Estás loco? ¿Sabes acaso lo que pasaría cuando su padre se enterase? Porque se enteraría si lo hicieras y toda la culpa de tus actos caería sobre mí. No podemos tocar al chico, por mucho que lo desee. Esa es una línea que no podemos cruzar. Hay que hacer algo para recuperar lo que es nuestro, nuestra mercancía, nuestras calles... Hay que sabotear sus negocios. - Eso es... ya sé lo que tengo que hacer. Primero debo investigar. - Kenton, manda a dos de nuestros hombres a seguir a Noah. Y que sean discretos, no es ningún niño tonto. - Él inmediatamente hace una seña a dos empleados que estaban en la sala para que lo hagan. - Espera. - Agarro a Kenton del cuello de la camisa. - Quiero que vayas tú con ellos y me informes de todo. - Le suelto. - Y esta vez quiero un informe detallado. - Él se queda sorprendido de mi orden.
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Toxic blood
RomanceUn chico mentalmente inestable. Un hombre al que no le gusta perder. Estos dos son los factores de una prohibida ecuación. Pero, que esté prohibida no siempre significa que esté mal ¿no? Noah Xiaogu es un chico de 22 años que se ha pasado su vida cr...