Tras salir de la casa de William pongo rumbo a la mía. En el camino puedo sentir que tres tíos me siguen desde hace rato. Les doy esquinazo en un callejón y trepo por la escalera de incendio de uno de los edificios. Ahí espero a que ellos lleguen. Son bastante lentos. Saco mis dagas, una en cada mano y según los veo aparecer en el callejón, los pelos de mis brazos se erizan y una adrenalina producida por la rabia me llena el corazón y maneja mi cuerpo. Me encanta esta sensación, es increíble. Al igual que un vampiro, mi cuerpo me pide sangre. Veo perfectamente mi diana la cual es el corazón de cada uno de ellos. Una vez que están justo debajo de mi posición salto, impaciente y eufórico, a por ellos. Acabo con la daga clavada en el corazón del primero y con los pies en su pecho me impulso, sacando la daga, hacia el siguiente. A este le clavo la otra daga y ya sólo me queda uno. Su cara me suena, creo que es la mano derecha de William, pero me da igual. Me lanzo rápidamente, aunque consigue pararme. Eso es nuevo. Jajaja nunca nadie lo había conseguido, le han entrenado bien. Lo dejo escapar, con los otros dos ya me he llenado. Limpio con mi boca las dagas y las guardo. Uhm, no saben tan mal. Sigo mi camino.
Al llegar a casa fui directo a mi habitación. Hao Ran vino tras de mí para preguntar cómo me fue, pero no le di respuesta. Cierro con llave mi habitación y abro rápidamente mi armario.
Desesperadamente saco uno de los conjuntos que había comprado y lo pongo sobre la cama. Busco mis botas militares y las pongo a los pies de la cama. Me quito la ropa, agarro una toalla y me voy a duchar. Una ducha buen fría debería quitarme de encima estos sentimientos que estoy teniendo, pero por alguna razón no funciona. Cuando termino salgo de la ducha y busco en uno de los compartimentos secretos de mi lavabo y saco una peluca de pelo real y me la pongo. Es una de mis favoritas. Me peino bien y me maquillo. Cuando termino salgo a vestirme. Me pongo el conjunto que tenía pantalones de cuero y un top marrón de manga larga. Debajo del top llevo un arnés de torso entero. Me pongo las botas que hace tiempo había modificado para que guardasen dentro mis dagas. Me pongo la gargantilla y salgo por la ventana. Voy a la zona de bares a ver si encuentro algo con lo que divertirme y desahogarme. Hacía tiempo que no sentía esta necesidad de sacar estas emociones de mi interior, pero tener que lidiar con este señor cada día me produce... sentimientos. Y unos muy malos.
Llego a la zona de bares en la que hay una gran variedad de gente distinta. Allí podría encontrar a mi siguiente juguete. Me apoyo en una esquina y espero a que venga alguien. Muchos pasan y se paran a hablarme, pero no me convencen. ¿Por qué todos tienen que ser tan feos?
Tras pasar un rato empiezo a cansarme y saco mi teléfono para ver el instagram. Entonces se acerca a mí un tipo que reconozco de inmediato, aunque parece que él a mí no. Era William. Al principio me sorprende, pero me recompongo enseguida. Parece que mis ropas y maquillaje están bien hechos, ya que se ve que intenta ligar conmigo. Me lanza la típica frase de "¿Eres de aquí? Nunca antes te había visto." Si él supiera... Guardo mi móvil y me enderezo, cruzándome de brazos.
- Muy bien, has acertado. Bien por ti. ¿Qué quieres?... - Le hablo con una voz más suave de lo normal. Que me tenga que cruzar con él hasta en estos momentos es agotador. Quiero que se vaya ya para poder buscar un juguete nuevo.
- ... Seguro que también te defiendes bien. - Esa frase me hizo sospechar. Parece que no quiere ligar conmigo. Más bien parece que quiera tenerme como mercancía.
- ¿Qué insinúas? - Le pregunto algo enfadado.
- Tranquila, sólo digo que pareces bastante dura. -
- Ajá... ¿Quieres probarme? - Le digo poniéndome algo a la defensiva. Parece que esté buscando pelea.
- Tranquila, guapa, no quiero hacerte daño. - Al escuchar eso algo hizo "click" en mi cerebro. Odio que este tipo me llame así. Trato de mantener la calma y no volverme loco. Si me desato ahora puede que me descubra. En su lugar decido atacar verbalmente.
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Toxic blood
RomanceUn chico mentalmente inestable. Un hombre al que no le gusta perder. Estos dos son los factores de una prohibida ecuación. Pero, que esté prohibida no siempre significa que esté mal ¿no? Noah Xiaogu es un chico de 22 años que se ha pasado su vida cr...