La protagonista de esta historia, una joven llamada Alejandra, ha tenido un duro golpe en su vida personal. Sus padres se han divorciado y, en medio de la confusión y la tristeza, ha tenido que dejar su hogar y toda su vida en su ciudad natal para i...
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La vida es una montaña rusa de emociones, pero a veces te dejarás llevar por ellas y terminás cayendo en un pozo.
Ale, la protagonista de nuestra historia, se encuentra en esa situación.
El divorcio de sus padres, la mudanza a una nueva ciudad y dejar atrás a su novio, amigos y colegio no son cosas fáciles de manejar para una adolescente. La desesperación se apodera de ella y la lleva a tomar decisiones impulsivas, sin pensar en las consecuencias.
Pero la vida es así, te pone a prueba y no siempre tienes en cuenta las repercusiones de tus actos. Así es como Ale descubre las pastillas "Happy Pills" y piensa que son la solución a todos sus problemas.
Lo que no sabia Ale en ese momento, es que las pastillas Happy Pills eran un Cuchillo de doble filo. Por un lado, le proporcionaban una felicidad extrema y la ayuda a superar el dolor que había estado sintiendo, pero por el otro, eran adictivas y tenían un impacto negativo en su vida.
La pastillas cambiaron a Ale, la hicieron más extrovertida y confiada en sí misma, pero también más imprudente y temeraria. Empezó a tomar riesgos que antes no se habría atrevido a tomar, y a descuidar sus responsabilidades y relaciones.
Una vez que las toma, todo cambia. Siente que el mundo se torna más colorido, que la vida tiene más significado y que la felicidad siempre está ahí para ella. Pero la felicidad no es un estado que se debe lograr con un bocado de pastilla, es una decisión constante de ver la vida de forma más positiva. Y eso es algo que Ale tendrá que descubrir por sí misma.
Aunque sin embargo, el mayor impacto fue en su salud. Las pastillas habían afectado su sistema nervioso y su mente había cambiado para siempre. Pero a medida que el tiempo pasaba, Ale se dio cuenta de que su felicidad tenía un precio muy alto, y que la verdadera felicidad no era algo que se pudiera encontrar en una pastilla, si no que se debía buscar dentro de uno mismo.
Pero la experiencia de Ale también le había enseñado una lección importante: que la vida es una montaña rusa de emociones, y que no importa cuántas veces se caiga, siempre hay una oportunidad para subir de nuevo.
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