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Lauren era una persona solitaria. Su vida era gris. Pero no había sido así siempre. Su vida había cambiado por completo hacía cuatro años, su corazón se había parado y llevaba congelada mucho tiempo. Pero seguía existiendo. Por ella. 

 Llevaba casi tres años trabajando en una oficina, porque, aunque su corazón se había detenido aquel día de septiembre, tenía que comer y pagar las facturas. Cada día al salir de trabajar volvía a su pequeño apartamento y cenaba en silencio. Su vida estaba tan vacía que ni siquiera se permitía disfrutar de una película o de leer un libro. Después de comer también en silencio, recogía en silencio y se preparaba para ir a la cama en silencio, el silenció estaba siempre presente formando un vacío en él que no cabía la felicidad. Su móvil nunca sonaba, hubo un tiempo en el que sus familiares y amigos la habían bombardeado con mensajes y llamadas, preocupados por ella. Pero la gente tenía un límite y todos se habían rendido. En cierto modo ella lo prefería así.

Cada noche se metía entre las sábanas de su cama y apoyaba su espalda en el cabecero colocando su portátil sobre sus piernas. Todos se habían rendido con Lauren, pero Lauren no se iba a rendir con ella. Cada noche comprobaba los mensajes de su página web y entraba en su correo electrónico dedicado especialmente a todo lo relacionado con la investigación y esperando algún mensaje del detective privado que se llevaba parte de su salario todos los meses. Normalmente no había ningún mensaje, o peor aún, había algún mensaje que indicaba que la pista que había estado siguiendo lo había llevado a otro callejón sin salida.

Aquella noche Lauren siguió su rutina y abrió su correo, había un mensaje. En el asunto del mensaje se podía leer Urgente, nueva información. Lauren abrió los ojos, era la primera vez en dos años que uno de los mensajes decía que era urgente. Lauren se apresuró a abrirlo. El detective privado explicaba que había encontrado una serie de conexiones y que tenía una nueva pista muy prometedora en Virginia. Lauren leyó y releyó el mensaje, solo podía concentrarse en una frase "Uno de mis informantes dice haberla visto, no lo puede garantizar al 100%"

Lauren inmediatamente llamó a Ron, el detective.

"Hola Lauren" Dijo el hombre en cuanto contestó.

"Ron, cuéntamelo todo"

"¿Sabes el Fiat rojo que aparecía en las grabaciones de seguridad de aquella noche?"

"Si"

"Apareció en un desguace en Virginia hace siete días. Me puse inmediatamente a buscar más información. Tengo varios compañeros allí y les pedí que fueran a revisarlo para ver si encontraban algo. En el coche había una tarjeta con una dirección, he estado preguntando y es  un club ilegal, uno de mis contactos me dijo que conocía a un hombre que trabajaba en esa zona de la ciudad y me pasó su información. Tras hablar con él le pasé varias fotos, dice que cree que la ha visto, no sé como de fiable es la información"

Lauren se levantó de la cama "Envíame la dirección, me voy a Virginia"

"No. Lauren, si es ella tenemos que ponernos en contacto con la policía"

"Dame la dirección"

"No, no te dejaré ir allí sola"

"Dame la dirección, te pago para que la encuentres no para que me digas que hacer"

"No"

"Ronald" Dijo Lauren, estaba preparada para estampar el móvil contra la pared.

"Iremos los dos, hablaremos con la policía de Richmond, vamos a hacer esto a mi manera. No llevo cuatro años buscándola para que acabéis las dos a dos metros bajo tierra"

Te encontré [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora