Cuando todos se dieron cuenta de la ausencia de la dama y su mascota, ya era muy tarde.
Jinghua se encontraba recorriendo el pueblo cerca de Lanling, comprando algunos dulces, comida y una que otra cosa para su día a día y para los que estaban bajo su cuidado.
Eso, hasta que notó cierta silueta.
Con curiosidad, se acercó, notando a un joven correr de manera ágil entre la gente. Su ropa estaba sucia y algo roida.
— Xue Yang... — musitó en voz baja.
Una expresión pensativa apareciendo en su rostro. Se movió con rapidez, siguiéndolo en silencio, observando sus acciones con atención.
Cuando dejó de correr, con el sigilo de un gato, se paró detrás de él, observándolo sacar lo que había conseguido en el día de una bolsa vieja pero útil dentro de una casucha vacía.
Comida (dulces más que todo) y dinero.
Sonrío, sentándose en el suelo e ignoró la suciedad que se pegó a sus tunicas, recargó uno de sus codos en sus rodillas y su mentón en su palma. Su mirada era curiosa y fija, y el menor pareció darse cuenta de su presencia por eso, pues volteó a verla con una expresión rígida y alerta, un cuchillo en sus manos.
— Hola~ — saludó, su mano libre se meció y mientras una expresión amigable se instalaba en su rostro.
— ¿Quién eres tú? — preguntó con mirada hosca, señalandola con el cuchillo.
— Me llamo Chun Jinghua — exclamó, parpadeando. Sentía cierta diversión al verse amenazada por el menor.
Xue Yang se tensó al escuchar su nombre, a lo que ella se rió.
— No vine a capturarte o algo así. — exclamó — solo me diste curiosidad. Por cierto, antes había comprado algunos dulces ¿Te gustan los dulces? Vi que tienes muchos.
Con eso atrajo la atención del otro, la doncella suavizó su mirada.
— Si quieres te regalo los dulces a cambio de que me des unos minutos tu mano — exclamó, dirigiendo sus azules ojos hacia la mano enguantada del menor.
Este se tensó.
— ¿Para que? — preguntó con desconfianza.
— Sólo quiero mirar — declaró.
Aunque dudoso, el menor extendió la mano. No perdía nada.
La mujer enfrente suyo no le daba mala vibra, por el contrario, tenía un aura relajante. Por lo tanto, decidió morderse la lengua y aceptar la oferta.
Jinghua por su parte tomó la mano del menor, sacando con cuidado el guante especial que lo cubría para ver la zona herida.
Una horrible cicatriz fue lo que llegó a sus ojos. Se sintió molesta.
Parecía que la herida se había infectado y no se curó bien, tocando ligeramente notó que el joven aún sentía incomodidad. Suspiró y sin decir nada más, comenzó a curarlo.
El menor se asustó cuando una calidez extraña comenzó a invadir su cuerpo y se vio tentado a alejar a la doncella de un golpe. Más cuando se percató que no era doloroso y que por el contrario se sentía bien, relajó su cuerpo, mirando con sorpresa a la mayor.
Se sentó a su lado, observando el brillo que envolvía su mano, una sensación de adormecimiento comenzando a embargarlo.
Si bien sus instintos le decían que la situación era peligrosa, no le prestó atención y se dejó llevar por la calidez y el confort, recostadose en el regazo de la doncella.
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Lo que diga, se hará [ MDZS ] 【 PAUSA 】
Fanfic"¿Escuchaste? Hace unos días, apareció una adivina" "Todo lo que dice, se cumple" "Un tipo no le creyó y la humilló. Hace poco, el clan Wen mató a toda su familia." "Es poderosa" "Es realmente hermosa" . . ...