ㅤdoughnutㅤ★ㅤtwice !

PART FIVE.

    SANA no pudo quitar su mirada del hermoso chico frente a ella.

    Le dedicaba hermosas sonrisas llenas de alegría, dulzura, y claro, amor.

    Pero la chica ni siquiera se preguntaba si el chico sentía lo mismo por ella.

    Ni siquiera podría sospechas que él tuviera malas intenciones hacia ella.

    Estaba completamente cegada. Cegada por el amor.

    Y eso definitivamente es una desventaja para ella.

    Pequeños suspiros enamoradizos se escapaban por sus labios al admirar la belleza del chico de la cual estaba enamorada, dando pequeños tragos a la taza de café que tenía entre sus manos.

    Acompañaba aquella bebida con una dona que el mismo hombre le había ofrecido, aceptandola con todo gusto porque claro, ella nunca rechazaría algo del chico que amaba.

    Dió la primera mordida a la dona a su lado viendo como el chico sonreía al ver eso. Sana, sin saber la verdadera razón por la que el chico sonrió, le devolvió la sonrisa.

    Su sonrisa era hermosa.

    —¿Está buena la dona? —preguntó el chico, provocando que Sana sonriera al escucharlo hablar.

    —Deliciosa —contestó, provocando que el chico ampliara más su sonrisa.

    Sana no se había enterado aún de la desaparición de Nayeon. Si se hubiese enterado ese día, tal vez no hubiese visitado la cafetería.

    Tal vez hubiese sospechado del chico frente a ella.

    Tal vez no hubiese comido la dona, como lo hizo Nayeon.

    Tercera desaparecida.