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Al fin, ya era 14 de febrero. Y Mingi no podía estar tan aburrido, de paso de que era martes y estaba sin ganas de hacer nada, también estaba tan harto de ver a muchos chicos y chicas ir y venir con globos, rosas y cajas decoradas por los pasillos.

Absurdos. Pensó Mingi.

El alto caminó disgustado hasta su casillero, se sentía tan harto y a penas estaba iniciando el día, ya no soportaba verlos a todos en modo de enamorados cursis.

Bueno, Mingi no odiaba el día de San Valentin, solo no le terminaba de agradar, pensaba que un día como ese era totalmente innecesario por celebrar. En otras palabras: las parejas pueden darse regalos cuando deseen, celebrar su amor y todas esas cursilerias cuando quisieran y los amigos podían darse regalos y pasar momentos juntos si así lo deseaban. No era necesario, en opinión de Mingi no lo era.

Y bueno no solo por eso, a Mingi también le desagradaba ese día porque no recibía ningún presente pero ni de sus amigos y hasta cierto punto aquello le ponía triste, sin embargo jamás lo diría.

Volviendo al presente, el peliplateado abrió su casillero sin ánimos y se dispuso a buscar sus cuadernos y libros, pero cuando justo iba a cerrarlo miró algo que le llamó la atención.

Era una nota. La tomó extrañado, no recordaba haber dejado ese papel celeste dentro de su casilla el día de ayer. Con curiosidad desdobló el papel con cuidado y comenzó a leer lo que este decía.

"Song Mingi, sé que no te gusta el día de San Valentin, sé que no te gustan las cosas cursis y románticas, pero por favor solo por esta vez, no andes con cara de perro por los pasillos, no arruines las ganas que tengo de declarar mis sentimientos hacia ti de la forma más ridícula y cursi de todas."

Bien, en ese momento Mingi no supo como reaccionar. Se sentía extraño, se sentía sudoroso y muy pero muy nervioso, nunca le había pasado algo como aquello, jamás le habían dejado una nota tan linda en su casillero, jamás nadie tuvo la intención de siquiera notarlo. El hecho de que alguien lo haya notado y de paso esté enamorado de él lo ponía sumamente nervioso.

Correcto, Mingi ya quería vomitar todo su desayuno.

- Hola, hyung -habló una conocida voz a sus espaldas- ¿Recibiste algo este año? -volvió a hablar su amigo, Yeosang-

- E-eh -el alto se giró hacia su mayor con el rostro pálido y sudoroso-

- ¿Qué pasa? -preguntó el chico rubio con un tono preocupado- ¿qué es eso? -señaló el papel celeste que aún estaba en las manos de Mingi-

- Y-yo -trató de decir algo pero su boca no lo dejaba articular ni una palabra coherente-

- Dame eso -le arrebató el mayor con un tono molesto, a veces no soportaba a Mingi y su lentitud- oh -abrió un poco los ojos cuando leyó lo que decía- le gustas a alguien -habló emocionado por su amigo- le gustas a alguien Song Mingi.

Yeosang comenzó a dar pequeños saltos. Estaba muy feliz por su amigo, en todos esos años que estuvo a su lado como amigo y vecino nunca había visto ni una sola persona interesada en él, era algo triste, sí, pero sabía de sobra que Mingi no necesitaba a alguien para ser feliz y eso le dejaba más tranquilo pero ahora que sí había alguien que estaba interesado en él y su peculiar personalidad lo ponía muy emocionado.

Dejó de celebrar al ver el rostro asustado del menor, algo no estaba bien.

- Oye ¿qué te sucede? -preguntó angustiado-

- Y-yo, no lo sé hyung, no sé quien sea esta persona, pero sea quien sea, n-no puedo corresponderle -miró al mayor con los ojos llenos de pánico- ¿c-como se rechaza a alguien sin lastimarle, hyung? no puedo hacer eso -dijo el chico a punto de llorar de la frustración-

♡̶'   vαlentine's dαɥ  따  | 𝘆𝘂𝗻𝗴𝗶❕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora