﹙따﹚ finαl ′ love 💌

969 88 61
                                    

Mingi caminó pasando casi toda la preparatoria hasta que llegó a la entrada del campo de fútbol. La preparatoria era (para desgracia de los perezosos) demasiado grande, tenía nueve pisos, cinco canchas para diferentes tipos de deportes, más de veinte baños, ciento treinta y cinco aulas sin incluir los salones destinados a clases artísticas, tres auditorios y cinco laboratorios de ciencias e informática.

Era inmensa. Y a Mingi le encantaba su preparatoria, por supuesto que sí, pero a veces llegaba a odiar la grandeza de esta.

Cuando Mingi comenzó a atravesar la entrada y a caminar hacia la cancha cubierta de césped verdoso, pudo observar a Yunho a lo lejos.

Se miraba tan guapo con su uniforme deportivo color celeste y no podía evitar sentir un cosquilleo en su estomago al verle correr de un lado a otro con el cabello desarreglado y el cuerpo bañado en sudor. Sólo Jeong Yunho podía verse tan genial en ese estado.

Tuvo que salir de su trance cuando escuchó sonar el silbato del entrenador, indicando al equipo que era hora de un pequeño descanso, y fue por eso mismo que comenzó a caminar hacia el castaño quien ahora de encontraba hablando tranquilamente con San.

Y pasó que aquella conversación no duró mucho pues Yunho de inmediato pudo notar su presencia en la cancha, algo que le pareció muy extraño. Mingi jamás iba a ese tipo de lugares porque simplemente no le gustaba y le parecía sumamente aburrido.

Lamentablemente no pudo pensar con claridad las posibles razones por la cual él se encontraba ahí ya que sintió una dolorosa patada en su pantorrilla izquierda, proporcionada por el mismo Song Mingi.

- A-ah -tocó la zona lastimada mientras miraba al otro chico sin entender nada de lo que pasaba- M-mingi, e-eso dolió ¿q-que te pasa?

- Tú me pasas Jeong Yunho -respondió con un tono molesto-

- ¿A-ahora que hice? -le preguntó con un tono temeroso-

- Nada, eso hiciste Yunho, absolutamente nada.

- N-no entiendo Gigi -siguió hablando con su voz intranquila y llena de dolor, aún sentía el pie del menor en su pantorrilla-

- Yunho, me gustas y yo te gusto, llevamos saliendo por varios meses así que no entiendo ¿Acaso no quieres ser mi novio? -dijo con rapidez- ¿No me quieres? ¿No quieres ser mi novio? ¿Quieres ser mi novio? ¿Quieres? ¿Puedes? ¿Podemos? -hablaba tan rápido que ni él mismo podía entenderse, pero estaba tan exaltado que ya ni siquiera le importaba-

- Creo que se volvió loco -dijo San después de haber permanecido callado desde la llegada del menor- yo me voy a tomar agua, te dejo con tu princesa exaltada. -concluyó y se alejó de los dos chicos altos-

- Bien, primero que todo por favor tranquilízate Mingi, desde aquí puedo ver la vena de tu frente saludandome -rió un poco pero se quedó callado al sentir la seriedad del contrario- ¿Qué pasa Gigi? -preguntó, esta vez con un tono más preocupado-

- Yunho tú...-guardó silencio por un instante, tratando de ordenar sus pensamientos- ¿Quieres ser mi novio? ¿De verdad? Quiero decir, mi novio oficialmente. -miró al castaño, expectante-

- Mingi -rió un poco y miró al menor con ojos dilatados y brillantes- ¿No lo era ya?

- No, quiero decir, nunca lo dijiste -soltó con la voz decaída- pensé que no querías pedirlo o algo así...así que por eso he venido hasta aquí a pedirte que seas mi novio, oficialmente -asintió seguro-

De pronto Yunho quiso llorar y no supo si fue porque el chico era extremadamente adorable o porque estaba tan feliz por la situación que se acontecía en ese momento. Era por ambas.

♡̶'   vαlentine's dαɥ  따  | 𝘆𝘂𝗻𝗴𝗶❕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora